El arbusto evolutivo. 3. Homininos arcaicos con megadontia

     Última actualizacón: 4 abril 2020 a las 12:01

Los hallazgos de distintos homininos que tenían una edad muy próxima pero rasgos muy distintos ofrecieron argumentos sólidos a quienes defendían la idea de que era necesario proponer varios linajes simultáneos e incluso coincidentes en un mismo emplazamiento geográfico: son los ejemplares «gráciles» y «robustos» de los que ya hemos hablado. El grupo que ahora analizamos se caracteriza porque sus miembros poseen unas mandíbulas robustas, tiene una cresta sagital (una protuberancia ósea que recorre la parte superior del cráneo que es necesaria para la inserción de los grandes músculos masticatorios) y también grandes molares.

Incluye taxones de homininos del género Paranthropus y un australopiteco, Australopithecus garhi (incluido aquí por su megadontia, sus grandes molares, pese a la que su cráneo es grácil). El género Paranthropus, en el que se incluyen tanto Zinjanthropus como Paraustralopithecus, se reintrodujo cuando los análisis cladísticos sugirieron que las tres primeras especies que vamos a analizar formaban un clado. Algunos de los individuos asignados a otros taxones considerados antecesores de Homo tienen dientes tan grandes (o incluso más grandes) que los de las especies que ahora analizamos. En este sentido, usamos el término «megadontia» para referirnos al tamaño absoluto de las coronas de los dientes postcaninos, pero hay que tener claro que las presumibles adaptaciones a la masticación en este grupo implican mucho más que el mero aumento del tamaño de estos dientes.

Yacimientos de los homininos arcaicos con megadontia.

Paranthropus aethiopicus

Nombre taxonómico: Paranthropus aethiopicus ―Arambourg y Coppens (1968)―. Nombrado inicialmente como Paraustralopithecus aethiopicus para acomodar una mandíbula sin dientes (OMO 18.18) recuperada en 1967 en la formación Shungura, de la región de Omo (Etiopía). Otros yacimientos de este espécimen se encuentran en West Turkana (Kenia) y en Melema (Malawi). Antigüedad: entre 2,7 y 2,5 Ma.

Holotipo Paranthropus aethiopicus.
OMO 18.18 (L7A-125) (Arambourg y Coppens 1968)

Espécimen tipo: OMO 18.18. Se trata de una mandíbula sin dientes que Camille Arambourg e Yves Coppens catalogaron inicialmente con el número OMO 18.1967.18. Posteriormente recibió un número diferente: L7A-125.

Características y comportamiento: El hipodigma es pequeño pero incluye un cráneo de adulto bien conservado (KNM-WT 17000) ―llamado el «cráneo negro» (black skull) por estar teñido a causa del manganeso presente en el terreno― junto con varias mandíbulas (como KNM-WT 16005) y dientes aislados. Hasta la fecha no se han publicado datos de restos postcraneales de este taxón, pero la parte proximal de una tibia recuperada en Laetoli (EP 1000/98) puede pertenecer a P. aethiopicus.

Este taxón es similar a Paranthropus boisei (que veremos enseguida) salvo en que la cara es más prognata, la base craneal está menos doblada, los incisivos son más grandes aunque los dientes postcaninos no lo son tanto. El problema en este sentido es que contamos únicamente con un cráneo relativamente completo, por lo que es complicado extraer conclusiones taxonómicas con una muestra tan escasa. Posee una capacidad craneal baja, estimada en unos 410 cm3, lo que supone el menor tamaño de todos los fósiles de homininos adultos.

Referencias

  • Arambourg, C. y Coppens, Y. (1968), «Découverte d’un australopithecien nouveau dans les gisements de l’Omo (Ethiopie)». South African Journal of Science, vol. 64, núm. 2, p. 58-59.
  • Chamberlain, A. T. y Wood, B. A. (1985), «A reappraisal of variation in hominid mandibular corpus dimensions«. American Journal of Physical Anthropology, vol. 66, núm. 4, p. 399-405.

 Australopithecus garhi

Nombre taxonómico: Australopithecus garhi ―Asfaw, et al. (1999)―. Se introdujo para acomodar los especímenes recuperados en 1997 en Aramis, en el área de estudio del Middle Awash, Etiopía (se trataba de fragmentos craneales catalogados como ARA-VP-12/130). El hipodigma está restringido a fósiles recuperados en el miembro Hata de esa área de estudio. Antigüedad: 2,5 Ma.

Holotipo Australopithecus garhi.
BOU-VP-12/130. (Asfaw, et al. 1999)

Espécimen tipo: BOU-VP-12/130. Se trata de un conjunto de fragmentos craneales que incluye el frontal, los parietales y el maxilar con la dentición.

Características y comportamiento: Au. garhi combina un cráneo primitivo con unos dientes postcaninos con una corona dental grande. Sin embargo, a diferencia de P. boisei, los incisivos y los caninos son grandes y el esmalte dental no tiene el enorme grosor visto en ese taxón. Cerca del cráneo que constituye el espécimen tipo se encontró un esqueleto parcial que tenía un fémur izquierdo y un húmero, y el cúbito y el radio derechos. Estos huesos eran bastante largos. A pesar de todo, estos restos no se han asignado formalmente a Au. garhi.

La morfología de la mandíbula de Au. garhi es en muchos aspectos similar a la de P. aethiopicus. Si se demuestra que el espécimen tipo de P. aethiopicus (OMO 18.18) pertenece al mismo hipodigma que las mandíbulas que se ha visto que encajan con el cráneo de Au. garhi, entonces P. aethiopicus tendría la prioridad del nombre para el hipodigma que actualmente se atribuye a Au. garhi.

Referencia

Paranthropus boisei

Nombre taxonómico: Paranthropus boisei ―Leakey (1959) y Robinson (1960)―. En 1959, Louis Leakey sugirió que era necesario establecer un nuevo género y especie (Zinjanthropus boisei) para acomodar el fósil OH 5, un cráneo hallado en la garganta de Olduvai. Un año después, John Robinson afirmó que Zinjanthropus boisei tenía unas características tan parecidas a las de los australopitecos robustos de Sudáfrica que debía incluirse en el género Paranthropus como Paranthropus boisei. Nuevos fósiles de la garganta de Olduvai se han añadido al hipodigma, así como de yacimientos del este africano como Peninj (Tanzania), Omo Shungura y Konso (Etiopía), Koobi Fora, Chesowanja y West Turkana (Kenia). Antigüedad: entre 2,3 y 1,3 Ma.

Holotipo Paranthropus boisei.
OH-5 (derecha) comparado con un cráneo humano) (Leakey, 1959)

Espécimen tipo: OH-5. Cráneo de un subadulto recuperado en la garganta de Olduvai, Tanzania.

Características y comportamiento: De este espécimen contamos con un registro fósil que incluye varios cráneos bien conservados, mandíbulas y dientes aislados. Los restos hallados ofrecen una gran variedad de individuos con cuerpos grandes y pequeños, lo que sugiere un importante dimorfismo sexual a pesar de no hallar indicios similares de ese dimorfismo en los caninos (P. boisei tiene alrededor de 156 cm de estatura y unos 50-61 kg de peso). Es el único hominino que combina unos premolares y molares anchos, planos, faciales y masivos con unos dientes anteriores pequeños y una modesta capacidad craneal (cerca de 480 cm3). La cara es más grande y ancha que la de P. robustus, aunque la capacidad craneal de ambos es similar.

No hay restos postcraneales que podamos asignar con certeza a este taxón, pero algunos de los restos postcraneales hallados en la garganta de Olduvai que se han atribuido a Homo habilis pueden pertenecer a P. boisei. También hemos hablado de P. aethiopicus, la especie que algunos autores consideran como las más adecuada para catalogar algunos ejemplares muy antiguos y muy robustos, y que otros especialistas asocian con P. boisei.

El registro fósil de este ejemplar se extiende durante un millón de años, tiempo durante el que no vemos ningún cambio sustancial en el tamaño o la forma del cráneo, la mandíbula o la dentición.

Referencias

Paranthropus robustus

Nombre taxonómico: Paranthropus robustus ―Broom (1938)―. Especie propuesta por Robert Broom tras el hallazgo del ejemplar TM 1517 en 1938 en el yacimiento sudafricano Kromdraai B. Otros yacimientos que han aportado restos al hipodigma son Swartkrans, Gondolin, Drimolen y las cuevas de Cooper, todos cerca de Johannesburgo (Sudáfrica). Antigüedad: entre 2 y 1,5 Ma.

Holotipo Paranthropus robustus.
TM 1517. (Broom, 1938)

Espécimen tipo: TM 1517. Se trata de un fragmento craneofacial con cinco dientes, y algunos otros fragmentos del esqueleto.

Características y comportamiento: El registro fósil de este taxón es similar al de Au. africanus, aunque menos numeroso. La dentición y algunos de los restos craneales están muy bien conservados, pero la mayoría de las mandíbulas están fracturadas o deformadas y el esqueleto postcraneal no está bien representado.

El cráneo, la cara y los dientes de este taxón son más grandes que los de Au. africanus, aunque el diente incisivo es más pequeño. La morfología de la pelvis y la articulación de la cadera es muy parecida a la de Au. africanus, de donde se concluye que es probable que fuera bípedo, aunque no un bípedo obligado.

En abril de 2020 se publicó un artículo en la revista Science que describía los primeros restos encontrados en Sudáfrica (en el yacimiento de Drimolen) de un Homo erectus (catalogado como DNH 134) junto a fósiles, en el mismo nivel estratigráfico, de Paranthropus robustus (un cráneo parcial y algunos dientes catalogados como DNH 152). La datación de ambos especímenes arroja una antigüedad de entre 2,04 y 1,95 Ma.

La nueva datación de Homo erectus y Paranthropus sugiere que fueron contemporáneos de otros homininos, los Australopithecus, que hasta ahora se creía se habían extinguido antes de la aparición en Sudáfrica de las otras dos especies.

Referencias

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El arbusto evolutivo. 3. Homininos arcaicos con megadontia
Título del artículo
El arbusto evolutivo. 3. Homininos arcaicos con megadontia
Descripción
En esta anotación analizamos el grado de los «homininos arcaicos con megadontia» que se caracteriza porque sus miembros poseen unas mandíbulas robustas, tienen una cresta sagital (necesaria para la inserción de los grandes músculos masticatorios) y grandes molares: Paranthropus aethiopicus,  Australopithecus garhi, Paranthropus boisei y Paranthropus robustus.
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Publicado por José Luis Moreno

Jurista amante de la ciencia y bibliofrénico. Curioso por naturaleza. Desde muy pronto comencé a leer los libros que tenía a mano, obras de Salgari, Verne y Dumas entre otros muchos autores, que hicieron volar mi imaginación. Sin embargo, hubo otros libros que me permitieron descubrir las grandes civilizaciones, la arqueología, la astronomía, el origen del hombre y la evolución de la vida en la Tierra. Estos temas me apasionaron, y desde entonces no ha dejado de crecer mi curiosidad. Ahora realizo un doctorado en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad de Málaga donde estudio el derecho a la ciencia recogido en los artículos 20.1.b) y 44.2 CE, profundizando en la limitación que supone la gestión pública de la ciencia por parte del Estado, todo ello con miras a ofrecer propuestas de mejora del sistema de ciencia y tecnología. Socio de número de la AEAC, miembro de AHdC; AEC2, StopFMF y ARP-SAPC

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