paranthropus boisei

El arbusto evolutivo. 3. Homininos arcaicos con megadontia

El arbusto evolutivo. 3. Homininos arcaicos con megadontia

     Última actualizacón: 4 abril 2020 a las 12:01

Los hallazgos de distintos homininos que tenían una edad muy próxima pero rasgos muy distintos ofrecieron argumentos sólidos a quienes defendían la idea de que era necesario proponer varios linajes simultáneos e incluso coincidentes en un mismo emplazamiento geográfico: son los ejemplares «gráciles» y «robustos» de los que ya hemos hablado. El grupo que ahora analizamos se caracteriza porque sus miembros poseen unas mandíbulas robustas, tiene una cresta sagital (una protuberancia ósea que recorre la parte superior del cráneo que es necesaria para la inserción de los grandes músculos masticatorios) y también grandes molares.

Incluye taxones de homininos del género Paranthropus y un australopiteco, Australopithecus garhi (incluido aquí por su megadontia, sus grandes molares, pese a la que su cráneo es grácil). El género Paranthropus, en el que se incluyen tanto Zinjanthropus como Paraustralopithecus, se reintrodujo cuando los análisis cladísticos sugirieron que las tres primeras especies que vamos a analizar formaban un clado. Algunos de los individuos asignados a otros taxones considerados antecesores de Homo tienen dientes tan grandes (o incluso más grandes) que los de las especies que ahora analizamos. En este sentido, usamos el término «megadontia» para referirnos al tamaño absoluto de las coronas de los dientes postcaninos, pero hay que tener claro que las presumibles adaptaciones a la masticación en este grupo implican mucho más que el mero aumento del tamaño de estos dientes.

Yacimientos de los homininos arcaicos con megadontia.

Paranthropus aethiopicus

Nombre taxonómico: Paranthropus aethiopicus ―Arambourg y Coppens (1968)―. Nombrado inicialmente como Paraustralopithecus aethiopicus para acomodar una mandíbula sin dientes (OMO 18.18) recuperada en 1967 en la formación Shungura, de la región de Omo (Etiopía). Otros yacimientos de este espécimen se encuentran en West Turkana (Kenia) y en Melema (Malawi). Antigüedad: entre 2,7 y 2,5 Ma.

Holotipo Paranthropus aethiopicus.
OMO 18.18 (L7A-125) (Arambourg y Coppens 1968)

Espécimen tipo: OMO 18.18. Se trata de una mandíbula sin dientes que Camille Arambourg e Yves Coppens catalogaron inicialmente con el número OMO 18.1967.18. Posteriormente recibió un número diferente: L7A-125.

Características y comportamiento: El hipodigma es pequeño pero incluye un cráneo de adulto bien conservado (KNM-WT 17000) ―llamado el «cráneo negro» (black skull) por estar teñido a causa del manganeso presente en el terreno― junto con varias mandíbulas (como KNM-WT 16005) y dientes aislados. Hasta la fecha no se han publicado datos de restos postcraneales de este taxón, pero la parte proximal de una tibia recuperada en Laetoli (EP 1000/98) puede pertenecer a P. aethiopicus.

Este taxón es similar a Paranthropus boisei (que veremos enseguida) salvo en que la cara es más prognata, la base craneal está menos doblada, los incisivos son más grandes aunque los dientes postcaninos no lo son tanto. El problema en este sentido es que contamos únicamente con un cráneo relativamente completo, por lo que es complicado extraer conclusiones taxonómicas con una muestra tan escasa. Posee una capacidad craneal baja, estimada en unos 410 cm3, lo que supone el menor tamaño de todos los fósiles de homininos adultos.

Referencias

  • Arambourg, C. y Coppens, Y. (1968), «Découverte d’un australopithecien nouveau dans les gisements de l’Omo (Ethiopie)». South African Journal of Science, vol. 64, núm. 2, p. 58-59.
  • Chamberlain, A. T. y Wood, B. A. (1985), «A reappraisal of variation in hominid mandibular corpus dimensions«. American Journal of Physical Anthropology, vol. 66, núm. 4, p. 399-405.

 Australopithecus garhi

Nombre taxonómico: Australopithecus garhi ―Asfaw, et al. (1999)―. Se introdujo para acomodar los especímenes recuperados en 1997 en Aramis, en el área de estudio del Middle Awash, Etiopía (se trataba de fragmentos craneales catalogados como ARA-VP-12/130). El hipodigma está restringido a fósiles recuperados en el miembro Hata de esa área de estudio. Antigüedad: 2,5 Ma.

Holotipo Australopithecus garhi.
BOU-VP-12/130. (Asfaw, et al. 1999)

Espécimen tipo: BOU-VP-12/130. Se trata de un conjunto de fragmentos craneales que incluye el frontal, los parietales y el maxilar con la dentición.

Características y comportamiento: Au. garhi combina un cráneo primitivo con unos dientes postcaninos con una corona dental grande. Sin embargo, a diferencia de P. boisei, los incisivos y los caninos son grandes y el esmalte dental no tiene el enorme grosor visto en ese taxón. Cerca del cráneo que constituye el espécimen tipo se encontró un esqueleto parcial que tenía un fémur izquierdo y un húmero, y el cúbito y el radio derechos. Estos huesos eran bastante largos. A pesar de todo, estos restos no se han asignado formalmente a Au. garhi.

La morfología de la mandíbula de Au. garhi es en muchos aspectos similar a la de P. aethiopicus. Si se demuestra que el espécimen tipo de P. aethiopicus (OMO 18.18) pertenece al mismo hipodigma que las mandíbulas que se ha visto que encajan con el cráneo de Au. garhi, entonces P. aethiopicus tendría la prioridad del nombre para el hipodigma que actualmente se atribuye a Au. garhi.

Referencia

Paranthropus boisei

Nombre taxonómico: Paranthropus boisei ―Leakey (1959) y Robinson (1960)―. En 1959, Louis Leakey sugirió que era necesario establecer un nuevo género y especie (Zinjanthropus boisei) para acomodar el fósil OH 5, un cráneo hallado en la garganta de Olduvai. Un año después, John Robinson afirmó que Zinjanthropus boisei tenía unas características tan parecidas a las de los australopitecos robustos de Sudáfrica que debía incluirse en el género Paranthropus como Paranthropus boisei. Nuevos fósiles de la garganta de Olduvai se han añadido al hipodigma, así como de yacimientos del este africano como Peninj (Tanzania), Omo Shungura y Konso (Etiopía), Koobi Fora, Chesowanja y West Turkana (Kenia). Antigüedad: entre 2,3 y 1,3 Ma.

Holotipo Paranthropus boisei.
OH-5 (derecha) comparado con un cráneo humano) (Leakey, 1959)

Espécimen tipo: OH-5. Cráneo de un subadulto recuperado en la garganta de Olduvai, Tanzania.

Características y comportamiento: De este espécimen contamos con un registro fósil que incluye varios cráneos bien conservados, mandíbulas y dientes aislados. Los restos hallados ofrecen una gran variedad de individuos con cuerpos grandes y pequeños, lo que sugiere un importante dimorfismo sexual a pesar de no hallar indicios similares de ese dimorfismo en los caninos (P. boisei tiene alrededor de 156 cm de estatura y unos 50-61 kg de peso). Es el único hominino que combina unos premolares y molares anchos, planos, faciales y masivos con unos dientes anteriores pequeños y una modesta capacidad craneal (cerca de 480 cm3). La cara es más grande y ancha que la de P. robustus, aunque la capacidad craneal de ambos es similar.

No hay restos postcraneales que podamos asignar con certeza a este taxón, pero algunos de los restos postcraneales hallados en la garganta de Olduvai que se han atribuido a Homo habilis pueden pertenecer a P. boisei. También hemos hablado de P. aethiopicus, la especie que algunos autores consideran como las más adecuada para catalogar algunos ejemplares muy antiguos y muy robustos, y que otros especialistas asocian con P. boisei.

El registro fósil de este ejemplar se extiende durante un millón de años, tiempo durante el que no vemos ningún cambio sustancial en el tamaño o la forma del cráneo, la mandíbula o la dentición.

Referencias

Paranthropus robustus

Nombre taxonómico: Paranthropus robustus ―Broom (1938)―. Especie propuesta por Robert Broom tras el hallazgo del ejemplar TM 1517 en 1938 en el yacimiento sudafricano Kromdraai B. Otros yacimientos que han aportado restos al hipodigma son Swartkrans, Gondolin, Drimolen y las cuevas de Cooper, todos cerca de Johannesburgo (Sudáfrica). Antigüedad: entre 2 y 1,5 Ma.

Holotipo Paranthropus robustus.
TM 1517. (Broom, 1938)

Espécimen tipo: TM 1517. Se trata de un fragmento craneofacial con cinco dientes, y algunos otros fragmentos del esqueleto.

Características y comportamiento: El registro fósil de este taxón es similar al de Au. africanus, aunque menos numeroso. La dentición y algunos de los restos craneales están muy bien conservados, pero la mayoría de las mandíbulas están fracturadas o deformadas y el esqueleto postcraneal no está bien representado.

El cráneo, la cara y los dientes de este taxón son más grandes que los de Au. africanus, aunque el diente incisivo es más pequeño. La morfología de la pelvis y la articulación de la cadera es muy parecida a la de Au. africanus, de donde se concluye que es probable que fuera bípedo, aunque no un bípedo obligado.

En abril de 2020 se publicó un artículo en la revista Science que describía los primeros restos encontrados en Sudáfrica (en el yacimiento de Drimolen) de un Homo erectus (catalogado como DNH 134) junto a fósiles, en el mismo nivel estratigráfico, de Paranthropus robustus (un cráneo parcial y algunos dientes catalogados como DNH 152). La datación de ambos especímenes arroja una antigüedad de entre 2,04 y 1,95 Ma.

La nueva datación de Homo erectus y Paranthropus sugiere que fueron contemporáneos de otros homininos, los Australopithecus, que hasta ahora se creía se habían extinguido antes de la aparición en Sudáfrica de las otras dos especies.

Referencias

Publicado por José Luis Moreno en ANTROPOLOGÍA, 0 comentarios
Siete días … 2 a 8 de diciembre (Paranthropus boisei)

Siete días … 2 a 8 de diciembre (Paranthropus boisei)

     Última actualizacón: 12 octubre 2020 a las 15:54

BIOLOGÍA

Un equipo de científicos británicos ha desvelado la razón por la que los koalas machos pueden emitir sonidos de apareamiento en un tono 20 más grave de lo que cabría esperar teniendo en cuenta su pequeño tamaño.

“Hemos descubierto que los koalas tienen un par de cuerdas vocales extra que se encuentran fuera de la laringe, donde se conectan las cavidades orales y nasales”, señala Benjamin Charlton, de la Universidad de Sussex y uno de los autores del estudio. «Además, hemos demostrado que estos marsupiales utilizan estas cuerdas adicionales para producir estas llamadas de apareamiento con un tono extremadamente grave”, añade.

Según el estudio las llamadas de los koalas se producen como una serie continua de sonidos durante la inhalación y la exhalación, similar al rebuzno de un burro, explica Charlton.

Su tono grave es propio de animales mucho más grandes. «Hasta donde sabemos, el único otro ejemplo de un órgano productor de sonido especializado en mamíferos que sea independiente de la laringe son los labios fónicos de las ballenas dentadas”, dice Benjamin Charlton.

El estudio representa la primera evidencia en un mamífero terrestre de un órgano distinto de la laringe dedicado a la producción de sonidos.

• Noticia ABC

• Artículo: Koalas use a novel vocal organ to produce unusually low-pitched mating calls

EVOLUCIÓN HUMANA

Una colaboración entre el Equipo de Atapuerca y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva ha secuenciado, con nuevas técnicas, el genoma mitocondrial casi completo de un resto humano (el Fémur XIII) de la Sima de los Huesos (Atapuerca, Burgos), datado en unos 400.000 años (Pleistoceno Medio). Solo en el permafrost (suelo helado) se ha recuperado ADN de esta antigüedad, aunque no humano. Así lo constata el último número de la revista Nature que ha recogido los datos de esta investigación.

La Sima de los Huesos es el yacimiento que ha proporcionado, en un solo lugar, más fósiles de una especie de hominino. Desde el año 1976 se trabaja en la recuperación de los restos óseos de por lo menos 28 individuos. Los esqueletos están completos, pero sus huesos se encuentran muy fragmentados, dispersos y mezclados, lo que dificulta su reconstrucción. La especie representada en la Sima de los Huesos muestra una combinación de rasgos arcaicos junto con otros incipientemente neandertales, por lo que se la considera relacionada evolutivamente con estos últimos. Las particulares condiciones del yacimiento, aislado desde hace cientos de miles de años en las profundidades de un sistema cárstico, han permitido una conservación excepcional de los huesos humanos.

Los hallazgos se han basado en análisis del ADN mitocondrial del fósil. Este ADN se halla en múltiples copias en las mitocondrias de las células y se transmite exclusivamente por línea materna. El equipo de Matthias Meyer del Instituto Max Planck ya había secuenciado, hace muy poco tiempo, el genoma mitocondrial completo de un oso precedente del mismo yacimiento y encontrado junto con los fósiles humanos. Fue preciso para ello desarrollar nuevas técnicas analíticas, habida cuenta de la degradación extrema del material genético.

Los investigadores procedieron a continuación a comparar el genoma mitocondrial extraído del Fémur XIII de la Sima de los Huesos con el de las especies más cercanas, tanto vivas (humanos actuales y grandes simios) como fósiles: neandertales y denisovanos. A partir de los datos genéticos, los expertos calcularon una edad para el fósil de la Sima de los Huesos de unos 400.000 años, muy parecida a la estimada por el mismo procedimiento para el oso: 430.000 años.

Más cercanos a denisovanos que a neandertales

La comparación de las secuencias del genoma mitocondrial ha revelado una mayor proximidad del fósil de la Sima con los denisovanos que con los neandertales, en contra de lo esperado. Los denisovanos se consideran parientes muy lejanos de los neandertales, de los que se separaron hace unos 700.000 años. Apenas se tiene información morfológica de los denisovanos, encontrados en la cueva Denisova, en Siberia meridional, por lo que no es posible establecer comparaciones anatómicas con los fósiles de la Sima de los Huesos.

• Noticia Investigación y Ciencia

• Artículo: A mitochondrial genome sequence of a hominin from Sima de los Huesos

• Más información:

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Un ancestro humano caracterizado por huesos muy robustos de la mandíbula y el cráneo, así como por ser una criatura musculosa, con la parte superior del cuerpo similar a la de un gorila, y mucho más adaptado a su entorno de lo que se pensaba, ha sido descubierto por un equipo de paleontólogos.

Los investigadores encontraron un esqueleto parcial ―que incluye partes del brazo, mano, pierna y fragmentos del pie― datado en 1,34 millones de años, que pertenece a la especie Paranthropus boisei en un yacimiento de fósiles de la Garganta de Olduvai ―Patrimonio Mundial de la Humanidad― en Tanzania. El hallazgo representa una de las más recientes apariciones del Paranthropus boisei antes de su extinción en África oriental.

«Esta es la primera vez que hemos encontrado huesos que sugieren que esta criatura estaba conformada de modo mucho más resistente ―combinaba la locomoción bípeda terrestre con alguna conducta arbórea― de lo que previamente habíamos pensado», ha dicho Charles Musiba, profesor asociado de antropología en la Universidad de Colorado, en Denver, quien forma parte del equipo de investigación internacional. «La criatura parece tener los músculos del antebrazo formados para ser utilizados más bien en trepar y manipular con precisión en todo tipo de comportamientos».

El Parathropus boisei fue una especie longeva de homínido arcaico que evolucionó en África oriental hace unos 2,3 millones de años. En ausencia de pruebas de otros restos óseos, se asumía comúnmente que el esqueleto del Paranthopus boisei era como el de las especies más antiguas del género Australopithecus, de la que probablemente habría evolucionado.

• Noticia Universidad de Colorado

• Artículo: First partial skeleton of a 1.34-million-year-old Paranthropus Boisei from Bed II, Olduvai Gorge, Tanzania (descarga directa en formato PDF)

GENÉTICA

Las bases genéticas de las neurotoxinas de la cobra real, la mayor serpiente venenosa del mundo, podrían ayudar en el desarrollo de nuevos fármacos. Esta especie habita en los bosques del sureste asiático y se alimenta de otros tipos de culebras.

Un equipo internacional en el que han participado científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha secuenciado el genoma de la cobra real, Ophiophagus hannah, la serpiente venenosa más grande del mundo. Se trata de la primera secuenciación genómica de una serpiente venenosa y sus resultados podrían ayudar en el desarrollo de fármacos.

Este estudio se publica de forma simultánea al genoma de la serpiente pitón de Birmania,  Python molurus bivittatus, no venenosa, lo que ha permitido a los investigadores comparar ambas secuencias de ADN y vislumbrar claves moleculares sobre el origen evolutivo de la producción de veneno en la cobra real.

El investigador del CSIC Juan José Calvete, del Instituto de Biomedicina de Valencia, explica: “Durante su evolución, las serpientes venenosas han desarrollado unas glándulas en las que determinados genes se han ido transformando en toxinas, que más tarde han formado sus venenos. Conocer el mecanismo mediante el cual una proteína ordinaria se transforma en una toxina, podría permitir, en un futuro, reproducirlo en el laboratorio y modificarlo para que en vez de matar, ayude a curar”, explica el investigador del CSIC Juan José Calvete, del Instituto de Biomedicina de Valencia.

• Noticia Agencia SINC

• Artículo: The king cobra genome reveals dynamic gene evolution and adaptation in the snake venom system (descarga directa en formato PDF)

NEUROCIENCIA

Un estudio de conectividad entre distintas regiones del cerebro confirma algunos de los tópicos sobre las diferencias de comportamiento entre hombres y mujeres. A partir de la adolescencia, ellas tienen más habilidad para hacer varias cosas a la vez (la tan manida capacidad multitarea), mientras que ellos funcionan mejor cuando tienen una sola cosa entre manos. Aunque las diferencias entre géneros en el “cableado” que une distintas regiones del cerebro de hombres y mujeres son notables, se complementan muy bien.

Utilizaron una técnica relativamente nueva de resonancia magnética, las imágenes con tensor de difusión, que permite visualizar las fibras que conectan distintas regiones del cerebro. Así pudieron ver que los varones tienen una mayor conectividad entre la parte anterior y posterior del cerebro y entre las distintas regiones de cada hemisferio, lo que sugiere que sus conexiones favorecen la integración entre las regiones donde se lleva a cabo la percepción (parte posterior) y la acción coordinada (lóbulo frontal). Por el contrario, las mujeres tienen más conexiones entre los dos hemisferios, izquierdo y derecho, lo que les permite integrar la capacidad analítica e intuitiva.

Al analizar lo que ocurría en el cerebelo, los investigadores encontraron un patrón opuesto al anterior. En cerebelo hay también dos hemisferios unidos en la parte central. Aunque tradicionalmente se le ha relacionado con la coordinación motora, el cerebelo también participa en la percepción y la cognición. En este caso, los hombres tienen mayor comunicación entre los dos hemisferios cerebelares y las mujeres muestran una mayor conectividad dentro de cada hemisferio.

Este patrón de conexiones confiere a los hombres mayor eficiencia para coordinar las acciones, ya que el cerebelo, que está implicado en la percepción, y el lóbulo frontal, implicado en la acción, están conectados. Mientras que en las mujeres se favorece la integración del procesamiento analítico y secuencial del hemisferio izquierdo con el procesamiento más intuitivo del derecho.

• Noticia ABC

• Artículo: Sex differences in the structural connectome of the human brain

PALEONTOLOGÍA

Un equipo internacional de científicos ha encontrado en la provincia de Niassa (Mozambique), una nueva especie y género de vertebrados fósiles, un pariente lejano de los mamíferos vivos de hace 256 millones de años. Esta nueva especie pertenece a un grupo de animales llamados sinápsidos (“Synapsida”), que incluye una serie de linajes extintos que dominaron las comunidades de la tierra en el Pérmico Tardío (hace entre 260 y 252 millones de años), así como los mamíferos vivos y sus antepasados directos.

El fósil fue denominado “Niassodon mfumukasi”, que en el idioma local (chiyao) significa: la reina del Lago Niassa, en homenaje a la sociedad matriarcal Yao, a las mujeres de Mozambique y la belleza del Lago Niassa.

Niassodon mfumukasi es el primer nuevo género (y especie) de un vertebrado fósil de Mozambique y su holotipo (el especímen que sirve para dar nombre a una especie) es un raro ejemplo de un sinápsido que conserva el cráneo y gran parte del esqueleto juntos. Gracias a la tomografía microcomputarizada fue posible reconstruir digitalmente los huesos de ‘Niassodon’ y construir un modelo virtual de su cerebro, revelando información sobre la anatomía cerebral de los primeros sinápsidos, que es importante para la comprensión de la evolución de muchas funciones del cerebro de los mamíferos.

• Noticia Europa Press

• Artículo: Bringing dicynodonts back to life: Paleobiology and anatomy of a new emydopoid genus from the Upper Permian of Mozambique (descarga directa en formato PDF)

• Vídeo:

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A los numerosos reductos prehistóricos que alberga el oriente de Asturias se suma ahora uno de los conjuntos de fauna glacial más ricos de la península Ibérica. Más de mil restos de 34 animales de diez especies distintas, entre las que se encuentran una cría de mamut y tres rinocerontes lanudos, permanecieron enterrados durante milenios en el yacimiento conocido como Jou Puerta, en la zona de Vidiago, descubierto en 2011 durante las obras de la Autovía del Cantábrico.

El hallazgo sorprendió a los paleontólogos por la excelente conservación que presentan los fósiles y por el alto número de animales que allí encontraron la muerte. A todo ello se suma otro dato de interés para los científicos: la convivencia de fauna glacial en un mismo territorio con otras especies de climas templados.

Diego Álvarez Lao, profesor del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo y director del equipo encargado de la investigación, sostiene que ésta es una peculiaridad que se da especialmente en la zona cantábrica y que no se registra en otros lugares de Europa. La explicación tiene que ver con la huida hacia el Sur que emprenden las distintas especies a medida que la glaciación cubre de hielo los terrenos centroeuropeos donde habitaban. «Aquí coinciden con la fauna local que ya no puede ir más al sur de la Península», comenta Lao.

La historia del yacimiento y su fauna comenzó hace 36.000 años. Ésa es la fecha más antigua que ofrecen las dataciones de los fósiles, que oscilan hasta los 30.000. En ese arco de tiempo, unos 34 animales murieron al despeñarse por una dolina (depresión en el terreno) que comunicaba con una de las muchas cavidades del subsuelo del oriente asturiano. Todo indica que los ejemplares jóvenes eran más propensos a sufrir ese tipo de accidentes. De hecho, se encontraron los restos de una cría de mamut y de otros ejemplares juveniles.

Lao vincula el hecho de la mayor presencia de individuos nuevos precisamente a que su juventud les hace menos experimentados y desconocedores de los peligros del terreno. Además del mamut, en la dolina cayeron dos rinocerontes lanudos, de 6 a 7 años, y un pequeño leopardo, «aún con dientes de leche todos ellos», señala el paleontólogo.

Las dolinas son depresiones habituales en terrenos cársticos como los de la zona oriental. Los investigadores de El Sidrón también interpretan que los restos humanos de este grupo neandertal, vecino de Piloña, llegaron probablemente al interior de la cueva al ser arrojados a una dolina.

• Noticia La Nueva España

• Artículo: The Jou Puerta cave (Asturias, NW Spain): A MIS 3 large mammal assemblage with mixture of cold and temperate elements

QUÍMICA

Un equipo multidisciplinar de científicos consiguió diseñar pequeñas moléculas sintéticas capaces de unirse al material genético del virus del sida y bloquear su replicación. Las nuevas moléculas sintéticas diseñadas inhiben la salida del material genético del virus desde el núcleo de la célula infectada al citoplasma, por lo que se bloquea la replicación del virus y se impide la infección de otras células.

Este logro fue obtenido por un grupo de investigadores liderados por José Gallego, en el que participaron la Universitat de València, el Centro de Investigación Príncipe Felipe, y el Instituto de Salud Carlos III.

El material genético del virus del sida, o VIH1, está formado por ácido ribonucleico (ARN), y codifica varias proteínas que le permiten penetrar en las células humanas y multiplicarse dentro de las mismas. Los nuevos inhibidores del virus, denominados terfenilos, desarrollados por este grupo de científicos, fueron diseñados mediante ordenador para reproducir las interacciones de una de las proteínas codificadas por el virus, la proteína viral Rev.

De esta forma, los terfenilos se unen al receptor de Rev en el ARN viral impidiendo la interacción entre la proteína y su receptor de ARN. Esta interacción es necesaria para que el material genético del virus salga del núcleo de la célula infectada y, por tanto, resulta esencial para la supervivencia del VIH-1. El hecho de que los terfenilos bloqueen la salida del núcleo de la célula del material genético del virus evita la infección de otras células.

Este descubrimiento es el resultado de una estrecha colaboración entre tres grupos de investigación a lo largo de varios años.

• Artículo: Structure-based design of an RNA-binding p-Terphenylene scaffold that inhibits HIV-1 rev protein function

Publicado por José Luis Moreno en SIETE DÍAS, 1 comentario