Julio Verne y la ciencia … ¿ficción?

     Última actualizacón: 16 marzo 2018 a las 10:26

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Julio Verne es considerado uno de los escritores más leídos de todos los tiempos (es el segundo escritor más traducido en el mundo después de Agatha Christie) y uno de los padres del género literario de ciencia-ficción.

Sus novelas son un reflejo de los avances científicos, las innovaciones tecnológicas y los grandes descubrimientos geográficos del tiempo que le tocó vivir en suerte. Salta a la vista, para cualquier lector mínimamente meticuloso, el enorme trabajo de documentación que hubo de realizar para componer cada una de las novelas que conformó la serie de los “Viajes extraordinarios”. Míticos títulos como Cinco semanas en globo (1863), Viaje al centro de la Tierra (1864), De la Tierra a la Luna (1865), Los hijos del capitán Grant (1867), Veinte mil leguas de viaje submarino (1869) o La vuelta al mundo en 80 días (1873) se han convertido en libros de cabecera para varias generaciones 1: gracias a sus minuciosas descripciones y la vitalidad y complejidad de sus personajes, ha sido capaz de llevarnos de la mano de nuestra imaginación a los más variopintos rincones del globo, desde las selvas impenetrables del Amazonas hasta las profundidades oceánicas; lugares que por aquel entonces (mediados del siglo XIX) aún se hallaban en gran parte inexplorados.

Mucho se ha escrito acerca de su carácter “visionario”, su capacidad para imaginar cómo sería el futuro de la sociedad y describir en sus novelas algunos artilugios e inventos que hoy consideramos cotidianos: el submarino, el helicóptero, el metro, las naves espaciales, internet, motores de combustión interna y eléctricos, armas de destrucción masiva etc.


Nemo visita la Atlántida (ilustración de Veinte mil leguas de viaje submarino).

Sus dos novelas sobre viajes espaciales, De la Tierra a la Luna (1865) y Alrededor de la Luna (1869) son las que más llaman la atención de los críticos. Baste citar algunas curiosidades: el vehículo que emplean los protagonistas es una bala de cañón con una longitud y un diámetro cuyas dimensiones son casi idénticas a la cápsula norteamericana que finalmente lograría el alunizaje 2. Calculó que la velocidad necesaria para que ese objeto escapase de la fuerza gravitatoria de la Tierra era de unos 11 km/s, una aproximación bastante correcta. Por último, concretó que la ubicación del cañón que dispararía la bala con los tres tripulantes a bordo 3 debía estar entre los 28 grados al norte y los 28 grados al sur del Ecuador, escogiendo finalmente Estados Unidos, y el estado de Florida concretamente, como el lugar del lanzamiento. No se sorprendan cuando comprueben que el paralelo 28 de latitud norte cruza el continente americano un poco más abajo de Cabo Cañaveral 4.

Con estos datos sobre la mesa no han faltado, como era de esperar, quienes han apuntado a su pertenencia a la masonería u otras sociedades secretas como el origen de sus “premoniciones”, como la fuente de tanto conocimiento. Sin embargo, la realidad es más prosaica, y podemos decir que son dos los motivos por los que nuestro insigne personaje parece que se adelanta a su tiempo: uno es su desbordante imaginación, y otro, su gran curiosidad e interés por la ciencia. Dejemos que sea el mismo quien nos lo explique:

“Bueno, en ningún momento he aparentado ser un científico, pero me siento afortunado por haber nacido en una época de notables descubrimientos, y quizás invenciones aún más maravillosas”.

“Usted sin duda será consciente”, intervino Mme. Verne, con orgullo, “que muchos fenómenos científicos aparentemente imposibles de las novelas de mi marido se han hecho realidad”.

“Tut, tut», exclamó el señor Verne con desaprobación, “es una mera coincidencia, y es sin duda debido al hecho de que incluso cuando invento fenómenos científicos siempre trato y consigo hacer que todo parezca tan verdadero y simple como sea posible . En cuanto a la exactitud de mis descripciones, se lo debo en gran parte al hecho de que, incluso antes de empezar a escribir las historias, tomo muchas notas de cada libro, periódico, revista o informe científico que me encuentro. Estas notas eran, y son, clasificadas de acuerdo al tema que tratan, y no tengo ni que decirle lo valiosas que muchas de ellas han sido para mí”.

“Estoy suscrito a más de veinte periódicos”, continuó, “y soy un asiduo lector de cada publicación científica; incluso al margen de mi trabajo, disfruto con entusiasmo al leer o escuchar acerca de cualquier nuevo descubrimiento o experimento en los mundos de la ciencia, la astronomía, la meteorología, o la fisiología”

Entrevista en la revista Strand Magazine. 1895

No podía terminar este breve relato sin mencionar otro dato interesante relacionado con nuestro personaje. Existe un punto en el planeta llamado punto Nemo (en honor al capitán Nemo del Nautilus) 5 que es el lugar del océano más alejado de cualquier tierra firme. No existe en la Tierra sitio más aislado. De hecho, si tenemos en cuenta que la Estación Espacial Internacional orbita entre 330 y 410 km sobre la superficie de la Tierra (distancia significativamente menor que la del punto Nemo a la primera tierra habitada), y que pocas rutas marítimas pasan por esta zona del Pacífico, los humanos que pasan más cerca del polo de inaccesibilidad son los astronautas en misión en la ISS.

¿Qué mejor homenaje para Verne que unir en un punto el mar, la soledad y el espacio?

Más información

Para los más curiosos, dejo la entrevista completa que le hace la periodista Marie A. Belloc a Julio Verne en otoño de 1894, y que fue publicada en la revista Strand Magazine en febrero de 1895. Recomiendo su lectura porque es sencillamente deliciosa.

Notas

  1. El mismísimo Yuri Gagarin llegó a confesar que la lectura de las novelas de Verne hicieron que quisiera convertirse en astronauta.
  2. Además coincide no sólo el material de que está hecha, aluminio, sino su grosor.
  3. El mismo número que las misiones norteamericanas.
  4. Otros datos curiosos son que en la novela el aterrizaje de la nave se produce en el mar, a escasas cuatro millas del lugar en el que amerizó realmente el Apolo 11; y que la novela se publicó justo 100 años antes de la llegada del hombre a la Luna.
  5. También llamado polo de inaccesibilidad del Pacífico.
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Julio Verne y la ciencia ... ¿ficción?
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Julio Verne y la ciencia ... ¿ficción?
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¿Fue Verne un iniciado en sociedades secretas o simplemente un gran amante de la ciencia, los libros y un defensor de que el conocimiento llegase a todos?
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Publicado por José Luis Moreno

Jurista amante de la ciencia y bibliofrénico. Curioso por naturaleza. Desde muy pronto comencé a leer los libros que tenía a mano, obras de Salgari, Verne y Dumas entre otros muchos autores, que hicieron volar mi imaginación. Sin embargo, hubo otros libros que me permitieron descubrir las grandes civilizaciones, la arqueología, la astronomía, el origen del hombre y la evolución de la vida en la Tierra. Estos temas me apasionaron, y desde entonces no ha dejado de crecer mi curiosidad. Ahora realizo un doctorado en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad de Málaga donde estudio el derecho a la ciencia recogido en los artículos 20.1.b) y 44.2 CE, profundizando en la limitación que supone la gestión pública de la ciencia por parte del Estado, todo ello con miras a ofrecer propuestas de mejora del sistema de ciencia y tecnología. Socio de número de la AEAC, miembro de AHdC; AEC2, StopFMF y ARP-SAPC

8 comentarios

Melquicedc Mendoza

La verdad es muy interasante los escritos del gran autor y que formó parte del inicio de la ciencia ficción y muchos invento de ellos, en esto tiempo es algo normal, pero yo quisiera saber en ambito literario por que nadie han analizado la obra El maestro Zacarías, fuera bueno saber. Una obra que fue publicado en el 1854.

Gracias por tu comentario Melquicedc. Tengo que reconocer que no conocía ese relato corto de Verne y su temática pero ahora, gracias a tu aportación, creo que tienes razón y merece que le dedique unas páginas, así que me pongo a leerlo. Muchas gracias y espero que podamos seguir debatiendo!

Quisiera saber porque en algunos países existe una publicación llamada el legado del alquimista y Julio verne como autor?. Todos los listados bibliográficos que he revisado en ninguno figura esta obra.

Hola Oscar.

Lo cierto es que sí que se trata de una novela de Julio Verne, aunque su título original era Le secret de Wilhelm Storitz. Tienes más datos en Wikipedia y también la puedes leer en línea [en el original francés] desde la página de la Biblioteca Nacional de Francia.

Un saludo

lo pongo en mi blog, ya todo es sabido,pero la entrevista es de interés, http://julesverneastronomia.blogspot.com

¡Qué chulada! La verdad es que me gustaría ser Verne: dedicarme a leer sin parar de ciencia y de todo, y escribir historias maravillosas. Justo ayer, aprovechando que estoy en casa materna, me fijaba en los libros de Verne que he ido leyendo durante mi infancia/adolescencia, ¡con cómic y todo!, y me acordaba del momento exacto en que cayeron en mis manos, qué cosas… Muy buena entrada, me la guardo porque es un tema que me apasiona: la relación de la ciencia ficción con la ciencia de los científicos 😉

Gracias como siempre. Ya somos dos, ojalá pudiera dedicarme en exclusiva a leer y escribir, pero no se puede tener todo (aunque al menos nosotros damos algunos pasitos en ese sentido no? XD

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