¿Cuántas pruebas han encontrado los científicos acerca de la evolución humana?

Hay tantos fósiles que nadie sabe el número total. Y esto es sólo el comienzo.

No sé cuántos fósiles de homininos hay en el mundo. No hay una tabulación. El ritmo de los descubrimientos ahora es demasiado rápido para seguirlo. Cada año de la última década, los antropólogos han desenterrado cientos de fósiles de especies y poblaciones extintas de homininos.

En 2012, el conjunto de homininos de la Sima de los Huesos, cerca de Burgos, España, ascendía a más de 6.500 ejemplares de al menos 28 individuos. En cada campaña se recuperan muchos más fósiles. En Sudáfrica, la muestra de homininos de [la cueva] Rising Star asciende hoy a más de 2.000 especímenes de al menos 18 individuos. Este depósito de fósiles de homininos era completamente desconocido hasta 2013. Sólo en dos cuevas, hay cerca de 9.000 ejemplares de homininos fósiles.

Hay muchos otros yacimientos con cientos de especímenes cada uno. Uno de mis favoritos es Krapina, Croacia, que conserva los restos de más de 30 neandertales que vivieron hace unos 120.000 años. Hadar, Etiopía, es una gran área de sedimentos depositados por antiguos ríos y lagos hace entre 2,3 y 3,6 millones de años. Los paleoantropólogos han desenterrado allí cientos de ejemplares de fósiles de hominino durante los últimos 45 años, incluyendo el famoso esqueleto de «Lucy». Sterkfontein es un sistema de cuevas de Sudáfrica con varios depósitos que contienen homininos fósiles, junto con otras criaturas. Hasta la fecha, se han encontrado más de 600 especímenes en las cuevas de Sterkfontein. Los antiguos depósitos de fósiles alrededor del lago Turkana, Kenia, que incluye áreas conocidas como Koobi Fora, Ileret, Nariokotome, Lomekwi y Kanapoi, también han generado cientos de ejemplares de homininos fósiles.

El Museo Nacional de Historia Natural [de EE.UU.] informa que el registro de fósiles de homininos incluye los restos de más de 6.000 individuos. Contando sólo los esqueletos de humanos modernos con una antigüedad mayor de 10.000 años, creo que ese número es conservadoramente bajo.

Por supuesto, el número total de fósiles depende de cómo los contemos. Los esqueletos parciales hacen que este desafío sea especialmente claro. Los fósiles de homininos de la garganta de Olduvai se han numerado por individuos, hasta «Olduvai Hominid 82». Algunos de esos individuos se conocen únicamente por un diente aislado. Otros son esqueletos parciales compuestos por decenas de fragmentos, como OH 62.

Algunos yacimientos, como las localidades fósiles de la región de Omo Shungura en el sur de Etiopía, presentan fragmentos de un gran número de individuos homininos que vivieron durante muchos miles de años, sin esqueletos parciales. Casi cada fósil diminuto o un puñado de dientes conforma otro individuo. Puede que no sepamos mucho sobre cada uno, pero podemos entender algo acerca de cómo varían.

Esqueletos MH2 y MH1 de Malapa, Sudáfrica. Créditos: Lee Berger

Otros yacimientos son conocidos por sus esqueletos parciales. Malapa tiene dos, con más individuos representados por huesos que todavía están en la roca. Los grandes yacimientos de neandertales de Francia, Bélgica, España, Italia y Alemania: La Ferrassie, La Chapelle-aux-Saints, Spy, Le Moustier, Sima de las Palomas, Altamura, cueva Feldhofer, Monte Circeo. Los yacimientos del Cercano Oriente: Skhūl, Tabun, Kebara, Amud, Qafzeh, Dederiyeh, Shanidar. La lista sigue y sigue, y cada yacimiento cuenta con esqueletos parciales de individuos de poblaciones que ya no existen. Los esqueletos son esenciales para entender cómo diferentes partes del cuerpo estaban sujetas a diferentes historias adaptativas y no adaptativas. Cuando nos fijamos en períodos anteriores a hace un millón de años, los yacimientos fósiles con esqueletos se vuelven mucho más excepcionales, pero quedan algunos: Malapa, Nariokotome, Aramis, Dmanisi, Sterkfontein, Hadar, Woranso-Mille, la garganta de Olduvai y Koobi Fora. Su importancia es evidente, da igual cómo contemos las piezas.

Los antropólogos han tenido durante mucho tiempo una fijación con el cráneo. Hay más de 200 cráneos relativamente completos de homininos distintos de los humanos modernos. Algunos yacimientos, como Sangiran y Ngandong en Indonesia, y Zhoukoudian, China, son conocidos principalmente por su conjunto de cráneos, contando cerca de una docena en cada uno de ellos, aunque otros huesos del esqueleto también se han encontrado en estos lugares. Un esqueleto parcial se asocia con los restos de uno de los cráneos humanos más antiguos de África; para otros yacimientos como Jebel Irhoud, Marruecos, Laetoli, Tanzania y Herto, Etiopía, los cráneos han sido el foco principal.

Una vez que te das cuenta de cuántas pruebas de la evolución provienen de los humanos modernos, casi no hay fin. Las colecciones de investigación de esqueletos de humanos modernos suman cientos de miles de individuos en todo el mundo. Cada zanja que se abre en una carretera o para poner los cimientos de  un edificio presenta la ocasión de tropezar con restos humanos antiguos. Cuando esto sucede, muchos de estos restos arqueológicos son estudiados por científicos y conservados en colecciones.

Moldes de cráneos de homininos exhibidos en el Museo Nacional de Historia Natural. Créditos Lenny Flank (CC)

Los grandes museos de historia natural del mundo, muchos de ellos fundados a finales del siglo XIX, tenían la misión de documentar las pruebas de la variación humana en todo el mundo. En aquellos días, expediciones y excavaciones recolectaron decenas de miles de cráneos contemporáneos de todo el mundo. Charles Darwin sólo tocó un fósil de neandertal, pero él y otros antropólogos de su tiempo sabían mucho acerca de la variación entre los seres humanos de todo el mundo, permitiendo que Darwin planteara algunas hipótesis sobre la evolución humana que todavía aceptamos hoy, y otras que la evidencia fósil ha rechazado. Muchas de esas enormes colecciones de huesos humanos todavía existen y hoy, científicos como yo, los estudiamos para documentar la evolución reciente de las poblaciones humanas. He estudiado miles en mi trabajo.

Los cambios que vemos en los esqueletos de las poblaciones de los últimos 10.000 años fueron algunos de los descubrimientos científicos más antiguos de la antropología. Estos resultados han sido rejuvenecidos por el estudio del ADN antiguo recuperado de los huesos, lo que ha confirmado algunos cambios evolutivos muy rápidos en ese lapso de tiempo relativamente corto.

El ADN antiguo ha transformado la cantidad de las pruebas de algunos yacimientos fósiles. Un yacimiento con escasísimos y fragmentarios restos esqueléticos, la cueva de Denisova en Rusia, conserva el ADN antiguo con una fidelidad superior a cualquier otro yacimiento de esa antigüedad, que se extiende desde 30.000 a 100.000 años atrás. En 2014, Matthias Meyer y sus colegas recuperaron datos de ADN de un pequeño fragmento de hueso de un dedo conocido como «Denisova 3». Contar estas pruebas es como contar las hojas de un millón de árboles.

Los descubrimientos transformadores del ADN demuestran que la prueba de nuestra evolución no está sólo en buscar fósiles, sino que nos obliga a mirar dentro y más allá de los fósiles. Ahora los científicos están buscando no sólo pruebas en el ADN, sino también en las proteínas antiguas, la epigenética y otros rastros bioquímicos. Para  someter a prueba hipótesis con tales evidencias, debemos conocer tanto o más acerca de la biología de los seres humanos vivos como de la de nuestros parientes primates. Hoy en día, algunas preguntas acerca de los parientes antiguos de los humanos no están limitadas por los fósiles, sino que están limitadas por lo poco que sabemos sobre el funcionamiento de la biología humana.

Así que ya ve, no hay una respuesta simple acerca de cuántas pruebas hemos encontrado sobre la evolución humana. Hay muchísimas, en cierto sentido más de las que podemos contar. La última vez que los científicos intentaron generar un compendio con información básica sobre los restos fósiles de los yacimientos importantes, llegó a cuatro volúmenes que abarcaban más de 1.800 páginas. Eso fue hace más de diez años.

Algunos antropólogos dicen que no necesitamos más pruebas, sino mejores formas de usar las evidencias que hemos encontrado. Yo digo que si eso fuera cierto, entonces los descubrimientos fósiles de la última década deberían habernos dado más de las mismas cosas que ya habíamos visto.

En vez de eso, la exploración científica sigue generando descubrimientos verdaderamente inesperados. Hemos encontrado nuevas poblaciones antiguas, tanto con nuevos descubrimientos fósiles como con genomas. Hemos encontrado rizos de nuestra ascendencia genética en lugares inesperados, y homininos fósiles con formas que nunca imaginamos. El pasado no es el mundo cómodo con el que crecí leyendo los libros de Time-Life en los años setenta. Es extraño y nuevo, y cambiante.

Debemos seguir explorando para conseguir más.

 

Traducción autorizada de la anotación publicada por John Hawks en Medium bajo el título How much evidence have scientists found for human evolution?

 

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¿Cuántas pruebas han encontrado los científicos acerca de la evolución humana?
Título del artículo
¿Cuántas pruebas han encontrado los científicos acerca de la evolución humana?
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Traducción al castellano de la anotación publicada por el paleoantropólogo John Hawks acerca de la cantidad de fósiles de homininos descubiertos hasta ahora.
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Publicado por José Luis Moreno

Jurista amante de la ciencia y bibliofrénico. Curioso por naturaleza. Desde muy pronto comencé a leer los libros que tenía a mano, obras de Salgari, Verne y Dumas entre otros muchos autores, que hicieron volar mi imaginación. Sin embargo, hubo otros libros que me permitieron descubrir las grandes civilizaciones, la arqueología, la astronomía, el origen del hombre y la evolución de la vida en la Tierra. Estos temas me apasionaron, y desde entonces no ha dejado de crecer mi curiosidad. Ahora realizo un doctorado en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad de Málaga donde estudio el derecho a la ciencia recogido en los artículos 20.1.b) y 44.2 CE, profundizando en la limitación que supone la gestión pública de la ciencia por parte del Estado, todo ello con miras a ofrecer propuestas de mejora del sistema de ciencia y tecnología. Socio de número de la AEAC, miembro de AHdC; AEC2, StopFMF y ARP-SAPC

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