Última actualizacón: 27 agosto 2018 a las 17:42
Portada: fotograma del documental de National Geographic «Discovering Homo Naledi: Journey to Find a Human Ancestor, Part 1 | Nat Geo Live»
Hace varios días empezó una nueva campaña de excavación en el complejo de cuevas Rising Star cerca de Johannesburgo. El yacimiento de Rising Star está formado por varias cámaras subterráneas con un acceso enormemente complicado donde se han hallado los restos de Homo naledi, el último miembro del género Homo, que fue descrito por un equipo multidisciplinar de científicos encabezados por el profesor Lee Berger de la universidad de Witwatersrand (te recomiendo que leas una introducción al tema en esta anotación: Una estrella en ascenso para buscar el origen de la humanidad. La cueva Rising Star).
Uno de los aspectos más llamativos e interesantes de este equipo de científicos ha sido su interés en que el público general pueda seguir el día a día de su trabajo desde cualquier parte del mundo. Lo lograron instalando cámaras en el interior de la cueva y desplegando kilómetros de cables, permitiendo incluso que hubiera señal WiFi en la cámara más profunda de donde se han extraído miles de restos fósiles. Creo que merecen nuestro aplauso y reconocimiento ya que gracias a este empeño en favor de la divulgación han conseguido, por ejemplo, que miles de estudiantes en escuelas repartidas por todo el mundo vieran en directo cómo trabajan y pudieran hacerles preguntas a las excavadoras y al resto del equipo mientras se hacían los descubrimientos (si quieres conocer algunos detalles de lo complicado de los trabajos y otras curiosidades, puedes ver la charla que dí sobre este tema: Paleoantropología 2.0).
Como digo, hace unos días se han retomado los trabajos y de nuevo tenemos la oportunidad de conocer no sólo cómo se lleva a cabo la recuperación de los fósiles, sino también otros aspectos interesantes acerca del funcionamiento de una compleja excavación paleoantropológica. Regularmente se hacen conexiones en directo a través de Periscope y Facebook Live, y se publican fotografías en Twitter e Instragram que nos hacen sentirnos parte del equipo. Algo nunca visto hasta ahora en este campo de investigación.
Por ejemplo, en el primer vídeo que quiero compartir con vosotros, Lee Berger –director de la excavación– nos muestra cuál es el acceso a la cueva y también cómo son los alrededores del yacimiento –debemos tener presente que se trata de un complejo subterráneo y que desde el exterior sólo se aprecian los árboles que rodean la entrada–. Mucho ha cambiado este paisaje desde que se plantaron las primeras tiendas de campaña allá en 2013. De hecho, parte de la labor realizada en la zona –además de colocar vallas en el perímetro y cerrar con una reja la entrada– ha incluido la retirada de plantas que no eran endémicas de la región y la reintroducción de animales autóctonos.
Otro de los detalles llamativos de este yacimiento es que la entrada a la cueva, cuya importancia para el estudio de la evolución humana se conoció hace 5 años, se encuentra a muy corta distancia de dos de los yacimientos paleoantropológicos más importantes del continente africano: Swartkrans y Sterkfontein (el profesor Berger mantiene varios equipos de espeleólogos inspeccionando las numerosas cuevas de la región en busca de otros posibles lugares donde recuperar más fósiles, por lo que no podemos descartar que pronto tengamos noticias en este sentido).
En el siguiente vídeo, el profesor Berger nos explica cómo es trabajo desde el «centro de control», el lugar donde tienen que permanecer todos aquellos que no poseen la complexión física necesaria para atravesar los estrechos pasajes que llevan a las diferentes cámaras. Allí están los ordenadores y los teléfonos que permiten una comunicación directa con diferentes partes de la cueva, así como la zona donde se dan las últimas instrucciones a las excavadoras, ahora mundialmente conocidas como «astronautas subterráneas».
Para que podáis orientaros mejor, os dejo un esquema de la cueva donde se se aprecian los estrechos pasadizos que hay que atravesar (uno recibe el nombre de «pasadizo de supermán» y otro sencillamente el de «conducto») y la pared que hay que escalar («espalda del dragón»). La mayoría de fósiles se han recuperado en la cámara Dinaledi:
Precisamente, una de las partes más complicadas para trabajar es el «conducto» (chute en inglés), ya que se trata de un conducto vertical que posee una anchura máxima de 18 centímetros y que desemboca en el suelo de la cámara Dinaledi. Tan complicado es el acceso por este lugar, que la retirada del material fósil de la cámara requiere un enorme trabajo de preparación: los huesos deben estar en todo momento protegidos de cualquier posible daño.
Mathebela Tsikoane, un nuevo miembro del equipo, nos explica en este vídeo cómo se recupera el material ya que ahora mismo se encuentran excavando justo al final del «conducto», en la base:
live on top of the chute #homonaledi #risingstar #mathabelalive https://t.co/PxRBnsuhqJ
— Mathebela Tsikoane (@Mathabela_Flip) 8 de marzo de 2018
Y lo que están tratando de hacer es sacar a la superficie un esqueleto (parece que parcial) de un ejemplar de Homo naledi. Una vez retirada la capa superior de sedimento, la labor de las dos astronautas subterráneas, Marina Elliott y Becca Peixotto, es preparar adecuadamente los restos para liberarlos del sustrato.
Una de las hipótesis de trabajo del equipo de investigación es que Homo naledi introducía deliberadamente a sus congéneres muertos en esta cámara arrojándolos por el conducto. De esta forma, ha sido posible encontrar esqueletos casi completos y articulados, es decir, con los huesos aún unidos a pesar de llevar «enterrados» decenas de miles de años.
La forma de proceder es la misma que la que se hace diariamente en decenas de yacimientos: se cubren los fósiles con una fina cubierta de plástico y luego se refuerza todo con escayola y gasa:
First a thin film of plastic, the plaster & gauze. They will then build a support base underneath before removal in pieces as the whole is too large to come up the chute. #Risingstar #Homonaledi pic.twitter.com/9M87hMifZ6
— Lee Berger (@LeeRberger) 8 de marzo de 2018
Luego se deja secar,
Social media time in the #Hillantechamber as they watch plaster dry #Risingstar #Homonaledi #WiFiinthecave pic.twitter.com/xwkd62RPI3
— Lee Berger (@LeeRberger) 8 de marzo de 2018
O se acelera la tarea con ayuda de un secador de pelo (el nivel de humedad en el interior de la cueva es enorme, y los huesos se recuperan literalmente empapados de agua):
Now there’s a new use of a #Hairdryer #Risingstar #Homonaledi pic.twitter.com/PyGhJarOmV
— Lee Berger (@LeeRberger) 8 de marzo de 2018
Got the hairdryer back out while waiting for Jacket 2 to set. Next step: freeing the underside for removal. #homonaledi pic.twitter.com/vbQdVZ5PzK
— Becca Peixotto, PhD (@BeccaPeixotto) 9 de marzo de 2018
En fin, una forma apasionante de aprender acerca de nuestro pasado y comprender mejor cómo es la labor que decenas de científicos llevan a cabo en su esfuerzo por responder a las preguntas que la humanidad se lleva planteando desde el origen de los tiempos: quiénes somos y de dónde venimos.
Os dejo por último con una reivindicación del profesor Berger acerca de la labor de las mujeres científicas con ocasión del día internacional de la mujer celebrado el pasado 8 de marzo:
#Womeninscience doing there thing on #WomensDay at #Risingstar #Homonaledi this is what female scientists actually look like! pic.twitter.com/Wtg8soejpX
— Lee Berger (@LeeRberger) 8 de marzo de 2018