Energía limpia e inagotable

     Última actualizacón: 21 septiembre 2017 a las 15:37

Todo el mundo parece estar de acuerdo en que se hace necesario encontrar de forma urgente un medio alternativo a los combustibles fósiles para generar energía.  Debemos lograrlo no solo porque la energía es la base del crecimiento económico, necesario para el bienestar de la humanidad, sino porque la acumulación de gases de efecto invernadero por el empleo de estos combustibles (petróleo, carbón y gas natural en menor medida) está produciendo cambios en el sistema global del clima.  Por último, y no menos importante, nuestra dependencia de estos combustibles y su previsible escasez en las próximas décadas será una fuente segura de conflictos armados entre naciones.

Por todo ello, numerosos investigadores emplean su tiempo y recursos en encontrar una fuente alternativa, segura y limpia de suministro energético.  Desde hace décadas se viene especulando con la posibilidad de emplear la luz solar de forma diferente a como venimos haciéndolo en la actualidad.  Muestra de ello es la gran cantidad de artículos científicos que desde 1978 se vienen publicando (se puede acceder desde aquí a una selección).  La pregunta sería ¿cuál es la mejor forma de captar la energía que desprende el Sol?  Pues tomarla directamente desde el espacio, donde no hay problemas meteorológicos (en tierra, durante la noche y en días nublados no se captan los rayos solares) y es inagotable (al menos hasta el Sol explote dentro de miles de millones de años…).

John Mankins, que tiene una trayectoria profesional con más 25 años de experiencia en la NASA y en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de Caltech (Universidad de California), propone un satélite espacial de 5.000 metros de ancho y fabricado con 240.000 piezas autoencajables y reemplazables.  La NASA ha incorporado el proyecto a su programa de Conceptos Avanzados – NASA Institute for Advanced Concepts (NIAC por sus siglas en inglés).

El SPS-ALPHA (nombre del proyecto) supone un enfoque novedoso en la captación de los rayos solares.  Se trata de construir, directamente en el espacio, enormes plataformas de decenas de miles de pequeños elementos, espejos en su mayor parte, que son controlados de forma individual y se reparten por la superficie curvada del satélite.  Estos espejos móviles interceptarían y redirigirían la luz solar hacia unas células fotovoltaicas incorporadas en la parte posterior.  Aquí, una serie de paneles de transmisión de energía de microondas generaría un haz coherente de energía de radiofrecuencia de baja intensidad que la transmitiría a la Tierra.

Si el proyecto llega a ver la luz, supondrá disponer de forma remota y asequible de decenas de miles de megavatios de electricidad mediante una transmisión inalámbrica a la Tierra, permitiendo abastecer zonas del planeta sin apenas infraestructura energética (como por ejemplo, la mayoría de países del continente africano).  El sistema integrado aún no se ha construido pero Mankins cree que con 3 o 4 unidades se podría proveer de energía al 90% de la población mundial.

Para mayor información, se puede acceder aquí al informe final de la Asociación Internacional de Astronáutica sobre el tema.

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El Sol provee de energía limpia e inagotable, que los científicos intentan captar y aprovechar de múltiples formas. Ahora se pretende construir un satélite para ello.
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Publicado por José Luis Moreno

Jurista amante de la ciencia y bibliofrénico. Curioso por naturaleza. Desde muy pronto comencé a leer los libros que tenía a mano, obras de Salgari, Verne y Dumas entre otros muchos autores, que hicieron volar mi imaginación. Sin embargo, hubo otros libros que me permitieron descubrir las grandes civilizaciones, la arqueología, la astronomía, el origen del hombre y la evolución de la vida en la Tierra. Estos temas me apasionaron, y desde entonces no ha dejado de crecer mi curiosidad. Ahora realizo un doctorado en Ciencias Jurídicas y Sociales por la Universidad de Málaga donde estudio el derecho a la ciencia recogido en los artículos 20.1.b) y 44.2 CE, profundizando en la limitación que supone la gestión pública de la ciencia por parte del Estado, todo ello con miras a ofrecer propuestas de mejora del sistema de ciencia y tecnología. Socio de número de la AEAC, miembro de AHdC; AEC2, StopFMF y ARP-SAPC

7 comentarios

Me parece que uno de los problemas que plantearía es precisamente el modo de transmitir esa energía a la Tierra ¿a través de un haz con una enorme cantidad de energía?¿qué pasaría si un avión o las aves se interpusieran en su camino?
Los aviones y similares entiendo que pueden tener cartas de navegación prohibiéndoles el paso por los lugares ocupados por esas columnas energéticas, pero veo a un montón de pájaro freírse al pasar por allí. Si son pocas columnas, aún es practicable pero como cada país quiera tener su propia fuente de energía como ahora tiene su satélite de comunicaciones…
Quizás eso propiciara que nos agrupásemos más de lo que ahora es previsibles, pero que los que lo promuevan no vayan a abusar en los precios de los que no pueden, como en algunos momentos nos hemos temido de los países productores de petróleo… Un nuevo frente de fricciones y de poder.

Has planteado una cuestión muy interesante. Los estudios sugieren el envío de la energía mediante haces de microondas o impulsos de rayos láser. En el informe de la Asociación Internacional de Astronáutica al que enlazo en el artículo se valora no solo la posibilidad de que pueda ocurrir un accidente, sino que pueda ser empleado como un arma.

En este sentido, lo primero que remarcan en este informe es que la emisión de varios cientos de estos haces con una energía total de alrededor de 15.000 GW (equivalente al consumo global de energía entre los años 2005 y 2010) «únicamente» incrementaría la temperatura terrestre en 0,006 grados centígrados.

Para garantizar la seguridad de todo el sistema, la regla que impondría la AIA es que la máxima energía emitida debería ser inferior a la intensidad de la plena luz del sol en el verano ecuatorial (menor de 1.000 vatios por metro cuadrado).

En definitiva, el envío hacia la Tierra de la energía «recolectada» no supondrá ningún problema para las máquinas o seres vivos que puedan interferir en su trayectoria.

Muchas gracias por tu comentario y espero haber aclarado algo tus dudas. Un saludo

Gracias por el enlace… no había leído el artículo y me ha parecido sumamente interesante. Sin duda los problemas técnicos y, sobre todo, económicos, harán de este proyecto un tema apasionante de discusión que servirá para que surjan ideas novedosas. Es cierto que resulta difícil de creer que algún día llegue a ver la luz, pero entiendo que la NASA y la Asociación Internacional de Astronáutica hayan decidido darle un impulso: ¿cuántas veces la ciencia ha avanzado gracias a proyectos considerados inviables? Cuando forzamos las fronteras de lo conocido, somos capaces de ir más allá y evolucionar…

Me gusta. Es interesante

Nunca me había planteado el problema desde este punto de vista… Qué interesante!

Lo cierto es que sí que es interesante… Cuántas veces hemos visto algo parecido en películas de ciencia-ficción… solo que ahora parece que es más viable tanto tecnológica como financieramente

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