Rene Descartes

Practicando en las tertulias literarias de ciencia. El ludión

Practicando en las tertulias literarias de ciencia. El ludión

     Última actualizacón: 3 agosto 2017 a las 17:57

Aquellos que sigan este blog conocerán las tertulias literarias de ciencia, aunque ahora disponemos de una nueva sección llamada practicando donde cada quincena nos proponen una serie de experimentos prácticos con las suficientes indicaciones para que cualquiera con un poco de interés los pueda hacer.

En este caso, vamos a realizar la segunda práctica donde construiremos un ludión, también llamado ―bajo mi punto de vista, incorrectamente― el diablo o diablillo de Descartes.

Materiales:

  • Una botella de plástico vacía (de litro y medio en nuestro caso)
  • Un botecito de cristal
  • Tuercas de distintos tamaños (que actuarán como “lastre”)
  • Pegamento (dado que tiene que ser resistente al agua, yo recomendaría una silicona)



En primer lugar llenamos la botella de agua hasta el borde. Acto seguido tomaremos el vial de cristal y lo introduciremos boca abajo en la botella. Tenemos que comprobar si se hunde lo suficiente ya que, en caso contrario ―como sucede aquí― tendremos que colocar algo de “lastre” para que se hunda casi por completo. Como vemos en la siguiente imagen, he colocado dos lastres, una tuerca y una arandela de metal, que he pegado con una silicona especial para metal y cristal resistente al agua (he tenido que probar con varias tuercas ya que algunas, al ser demasiado pesadas, hacían que el tubo de cristal se fuera al fondo nada más introducirlo en la botella). Debemos recordar que los «lastres» que fijemos tienen que permitir el paso del agua al interior del tubo.

Una vez listo nuestro ludión, cerramos la botella con el tapón y podemos comenzar con el experimento:

Al apretar las paredes de la botella, la presión del agua en su interior aumenta (en estas condiciones, el agua se comporta como un fluido incompresible), el agua entra dentro del vial de cristal lo que provoca la compresión del aire de su interior (este aire es lo que contribuye a la flotabilidad del tubo, por lo que aprovechamos la gran compresibilidad del aire frente a la pequeña compresibilidad del agua para variar su peso). Esta presión comprime el aire contenido en el vial, con lo que varía el volumen de líquido desalojado, y por tanto, el empuje, con lo que el peso del tubo lo lleva al fondo de la botella.

Los principios de Pascal y de Arquímedes, así como la ley de Boyle para explicar el aumento de la presión que reduce el volumen del aire atrapado, nos permiten explicar el experimento:

  • Principio o ley de Pascal: la presión ejercida sobre un fluido poco compresible y en equilibrio dentro de un recipiente de paredes indeformables se transmite con igual intensidad en todas las direcciones y en todos los puntos del fluido.
  • Principio de Arquímedes: un cuerpo total o parcialmente sumergido en un fluido en reposo, recibe un empuje de abajo hacia arriba igual al peso del volumen del fluido que desaloja.
  • Ley de Boyle: a temperatura constante, el volumen de una masa fija de gas es inversamente proporcional a la presión que este ejerce.

Un poco de historia

Como hemos apuntado al inicio, el nombre de este curioso experimento se relaciona con el filósofo y matemático René Descartes. Este instrumento lo empleaban los profesores de física para demostrar a sus alumnos algunas propiedades de los líquidos. Sin embargo, como vamos a ver, se llamaba ludione y fue un invento del sacerdote toscano Raffaello Magiotti (en las obras de Descartes no hay ninguna referencia a su supuesta invención, que le fue atribuida, al parecer, por D’Alembert al citarlo en su enciclopedia).

Magiotti, para evitar que «otros al agregar o cambiar algo quisieran hacérselo suyo», escribió un panfleto, casi imposible de encontrar hoy en día, titulado «Renitenza certissima dell’acqua alla compressione, dichiarata con vari scherzi in occasione di altri problemi curiosi (1648)». Para aquel curioso interesado en leer este librito, puede descargarlo aquí en formato PDF.

Raffaello Magiotti fue bautizado en Montevarchi el 5 de septiembre de 1597. Siendo todavía un adolescente se trasladó a Florencia por deseo de sus padres que querían que iniciase la carrera sacerdotal. Una vez en el seminario, además de estudiar teología,asistió a clases de geometría con Galileo Galilei.

En 1630, el cardenal Giulio Cesare Sacchetti se reunió con él y le pidió que lo acompañara a Roma como su secretario. Una vez allí, mientras trabajaba para el cardenal encontró la forma de estudiar con Benedetto Castelli.

Gracias al apoyo del cardenal Sacchetti y por recomendación de otro cardenal más importante, Leopoldo de  Medici,  Raffaello Magiotti fue invitado a participar en la llamada «conversación familiar del Papa», lo que le permitió frecuentar al Sumo Pontífice. En 1636 fue invitado a unirse al personal de la Biblioteca Vaticana como traductor, asumiendo el cargo de pleno derecho en 1637.

Un año después, tanto Galileo como Castelli trataron de convencerlo para que aceptase la cátedra de matemáticas en la Universidad de Pisa —a sugerencia del gran duque Fernando II— aunque prefirió permanecer en Roma. Nunca se arrepintió de esta decisión ya que en allí, junto con Nardi y Torricelli, formaron lo que se llamó “el triunvirato” de Galileo, una posición más prestigiosa que la de un simple “papel” académico.

Poco tiempo después entró en una crisis existencial de la que nunca se recuperó y que le llevó a abandonar todos sus estudios. Antes sin embargo, encontró el estímulo necesario para recoger todos sus estudios de hidráulica en el ensayo «Renitenza certissima dell’acqua alla compressione» (La resistencia del agua a la compresión) que fue publicado el 26 de julio 1648, donde además de probar su hipótesis, razona sobre los experimentos de algunas figuras de cristal que flotan en un cilindro lleno de agua y que a través de la mayor o menor compresión que se realice con un dedo sobre el orificio de dicho cilindro, lo hará bajar o subir en el fluido. En esta obra afirmó que dicha experiencia era suya, antes que cualquiera la concibiese o la pusiera en práctica.

PS. Tengo que agradecer a mi hermana la ayuda al traducir los textos en italiano.

Publicado por José Luis Moreno en CIENCIA, 1 comentario
El efecto Mpemba, desconcierto en la física

El efecto Mpemba, desconcierto en la física

     Última actualizacón: 22 agosto 2017 a las 19:59

Antes de explicar en qué consiste el “efecto Mpemba”, debemos tener claros los conceptos de frío y calor.   Aunque pueda parecer innecesario, ya que empleamos esos términos a diario, es necesario que expliquemos, aunque sea de forma somera, a qué nos estamos refiriendo ya que solo de esta forma podremos comprender el fondo de la cuestión.

El frío referido a un cuerpo se define como aquel que tiene una temperatura muy inferior a la ordinaria del ambiente. Por lo tanto, el frío es una consecuencia del calor o, mejor dicho, el frío es la ausencia de calor. Partiendo de esta circunstancia, definimos el calor como la energía que pasa de un cuerpo a otro y es causa de que se equilibren sus temperaturas. Quedémonos por tanto con la correlación: calor = energía.

Sentado lo anterior, podemos concluir que si introducimos en un congelador dos vasos de agua que se encuentran a diferentes temperaturas ―pongamos por caso, uno a 25 ºC y otro a 65 ºC― aquel de los dos con el agua más fría se congelará antes. Esto debe suceder porque el agua del primer vaso tiene que perder menos energía (véase calor) para llegar al punto de congelación (tendrá que pasar de los 25 ºC a los 0 ºC, en lugar de los 65 ºC a los 0 ºC). En otras palabras: ya que el vaso con agua caliente tiene que perder más calor que el que está más frío, tardará más tiempo en este proceso, por lo que el vaso con el agua más fría se congelará antes. Pues bien, aunque la física y la lógica deberían estar de acuerdo en esta conclusión, la realidad es más incómoda.

Se da la circunstancia de que bajo determinadas condiciones, el agua caliente puede congelarse antes que la fría.

Conocemos este fenómeno con el nombre de “efecto Mpemba”. Erasto Mpemba era un joven estudiante tanzano que se dio cuenta de que su helado se había congelado antes que el de sus compañeros a pesar de que cuando introdujo su mezcla en el congelador la leche aún estaba caliente. Cuando contó lo que había observado, ni sus compañeros de clase ni sus profesores le prestaron la menor atención. A pesar de este rechazo inicial, decidió perseverar y repetir el experimento. De nuevo obtuvo los mismos resultados, lo que le armó de valor para hablar con el físico Denis Osborne, profesor universitario en Dar es-Salaam, que había acudido a su escuela para ofrecer unas conferencias.

Osborne sí se tomó en serio las explicaciones de Mpemba: reprodujo con éxito la experiencia y juntos publicaron los resultados. Desde entonces se busca una explicación válida para el fenómeno aunque sin mucho éxito como veremos.

Antes de pasar a las hipótesis ofrecidas para explicarlo, debemos señalar que ya en la antigüedad se habían percatado de él. Aristóteles, en el primer libro de su Meteorológica, relata que los habitantes de Ponto (la actual Turquía) rociaban las estacas de sus empalizadas con agua caliente para asegurarlas, ya que así se congelaban antes. En el s. XIII, Roger Bacon refería en su Opus majus que el agua caliente vertida sobre el hielo se congelaba con mayor rapidez que la fría. Más tarde, tanto Francis Bacon como René Descartes se ocuparon del fenómeno tratando de darle una explicación.

Muchos científicos han tratado de encontrar la solución a la aparente paradoja. El físico estadounidense Jearl Walker efectuó en 1977 sus propios ensayos llegando a la conclusión de que el efecto Mpemba se manifestaba a la perfección cuando se escogían recipientes con una determinada forma y una cantidad concreta de agua. Estos resultados le permitieron ofrecer una explicación del fenómeno: la evaporación del agua. Si partimos de una cantidad determinada de agua caliente, una fracción importante de la misma se evaporará durante el enfriamiento, por lo que la masa total de agua que debe enfriarse ―y, por tanto, la cantidad de energía que debe extraerse― resultará tanto menor cuanto más elevada sea la temperatura inicial. Dado que la evaporación del agua tiene lugar en la zona que se encuentra en contacto con el aire, podemos comprender que la forma del recipiente influya en el efecto Mpemba: un recipiente con una abertura muy estrecha ―una botella― permitirá una evaporación menor que la que se produce, por ejemplo, en un plato.

Aunque esta sea una explicación razonable, no basta por sí sola para explicar el efecto puesto que éste también se da en un recipiente cerrado.

Movimiento de convección. Origen: wikipedia

Otra explicación parte de que la temperatura del agua no es homogénea. Esto requiere una explicación: una vez que el recipiente se introduce en una atmósfera gélida, la temperatura del agua ya no será homogénea en todo su contenido. Esto sucede porque la densidad del agua (o su peso, a estos efectos) depende de la temperatura: alcanza su valor máximo a cuatro grados Celsius (4 ºC). En los bordes del recipiente el agua se enfría, cae al fondo al tener mayor densidad, y es reemplazada por agua más caliente que sube hacia arriba, creando una serie de movimientos convectivos circulares. Estos movimientos favorecen la transferencia de calor logrando un enfriamiento más rápido del recipiente que contiene agua más caliente. Esta conclusión es en realidad una suposición ya que, aún hoy se desconoce con exactitud si el enfriamiento es más rápido o más lento.

Treinta años después del trabajo de Walker ninguna explicación sólida ha visto la luz.

Por este motivo, la Royal Society of Chemistry ha ofrecido un premio de 1.000 libras para la persona (o el equipo) que ofrezca la mejor y más creativa explicación del fenómeno. El plazo de inscripción ya ha finalizado, y se han presentado más de 22.000 candidatos a lograr el reconocimiento internacional por obtener la resolución de uno de los fenómenos físicos más sorprendentes y curiosos. Aún se está deliberando quién será el ganador.

Para terminar, veamos una demostración gráfica del efecto:

En el vídeo vemos un primer experimento con agua del grifo donde parte de ella se convierte en pequeñas bolas de hielo.  Sin embargo, al emplear agua hirviendo, ésta se congela inmediatamente formando una nube de vapor de agua helada.

A continuación dejo algunos de los últimos artículos publicados que pretenden dar una explicación del efecto:

Publicado por José Luis Moreno en CIENCIA, 1 comentario