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Tyson frente a Gabilondo

Tyson frente a Gabilondo

     Última actualizacón: 21 septiembre 2017 a las 10:46

Hoy os dejo con una anotación breve aunque intensa si aceptáis dedicar unos minutos a ver, oír, escuchar, sentir y absorber la entrevista que Iñaki Gabilondo tuvo la fortuna de hacerle a Neil deGrasse Tyson. Creo que el personaje no necesita presentación ya que desde que se reeditó la serie Cosmos, es uno de los rostros más reconocidos del planeta. Pero lo que es más importante, bajo mi punto de vista, es que se trata de una persona con una capacidad ilimitada de comunicar: tan pronto lo ves hablar, gesticular y sonreír mientras te aclara conceptos complejos de astrofísica o de biología, quedas inmediatamente atrapado.

La entrevista está dividida en dos partes. Os dejo mis impresiones y lo que destacaría de cada una de ellas. Me gustaría conocer tu opinión.

Hoy, en ‘Cuando ya no esté. El mundo dentro de 25 años’, Gabilondo se reunirá con Neil deGrasse Tyson, uno de los divulgadores más prestigiosos y mediáticos del momento y director del Planetario Hayden en el Centro Rose para la Tierra y el Espacio. Neil De Grasse Tyson, conocido por ser el narrador de la exitosa serie Cosmos, nos recuerda que somos polvo de estrellas; y nos alerta sobre la falta de apoyo a la ciencia. De su instituto de secundaria del Bronx han salido el mismo número de Premios Nobel que de España.

PRIMERA PARTE

He de reconocer que desconocía una de los principales objetivos de las misiones a Marte: aprender cómo muere un planeta. Es lo que se llama «planetología comparada». Sabemos que en Marte existió agua líquida en la superficie, que tiene estaciones similares a las de la Tierra, un comportamiento geológico parecido etc. Entonces, ¿podría la Tierra convertirse en Marte algún día? Esta pregunta es muy relevante ya que quizás aún estemos a tiempo de revertir el cambio climático que podría convertir la Tierra en un lugar como el planeta rojo. Para lograrlo, saber qué le pasó a Marte es un inmejorable punto de partida.

Otro tema que ha aparecido bastante en la entrevista es el tema de la inversión en ciencia. Me ha encantado la frase «curiosidad a precio asequible», en el sentido de que se pueden hacer muchas cosas cuando te mueves por debajo del «radar presupuestario», es decir, cuando los científicos no piden una cantidad de dinero tan grande que haga que a los políticos le suden hasta las orejas. Por ejemplo, la misión del telescopio Hubble es relativamente barata (2.000 millones de euros), que es lo que vienen a costar 150 km de línea de alta velocidad en España. Por lo tanto, si se puede tanto con relativamente tan poco, la pregunta es ¿porqué no se hace?

Por último, de esta primera parte destacaría la cuestión de la vida eterna. Se dice que la ciencia será capaz de hacernos inmortales, pero Tyson plantea una cuestión importante: ¿quién quiere vivir para siempre? Para rechazar esta posibilidad, nos cuenta que conocer la finitud de nuestra vida es una motivación, una motivación para conseguir cosas en la vida. Si supiéramos que no vamos a morir, nos pasaríamos el día tirados en la cama.

SEGUNDA PARTE

Como no podía ser de otro modo, en la entrevista surgió el tema de la posible existencia de vida extraterrestre. Tyson sostiene que debemos tener cuidado con lo que deseamos. Si buscamos vida inteligente en el espacio, quizás la encontremos y sean más inteligentes que nosotros. «Quizás nosotros seamos los hámsters en una jaula llamada Tierra».

Tampoco podía faltar la alusión a Carl Sagan y una de sus frases más memorables: somos polvo de estrellas. Y es que saber que todo lo que vemos a nuestro alrededor está formado por los mismos constituyentes esenciales, y que al final todos venimos de las estrellas, supone una lección de humildad y, al mismo tiempo, un asombro maravilloso que a poco que tengamos sangre en las venas nos debe llevar a reflexionar sobre la importancia de comprender cómo funciona el universo.

Para finalizar me quedaría con una reflexión interesante: el objetivo de la divulgación científica es formar una generación de personas y, por ende, de los políticos que nos gobernarán en el futuro, a quienes no haya que explicarles qué es la ciencia o cuán importante es la inversión en ciencia. Ellos mismos lo asumirán como un tema propio, y sabrán qué es lo que hay que hacer.

PS. No me ha gustado nada la actitud de Iñaki Gabilondo. Menos mal que Tyson capta todo el interés así que más valdría dejarlo hablar y hablar de todo lo que se le ocurra…

Publicado por José Luis Moreno en BREVE, 0 comentarios
Donde hay educación no hay distinción de clases

Donde hay educación no hay distinción de clases

     Última actualizacón: 1 junio 2017 a las 10:20

A Confucio (Kǒngzǐ en chino mandarín, literalmente «Maestro Kong») le tocó vivir un momento turbulento en la historia de China. En la época Chunqiu (época de los anales de primavera y otoño, 722-426 a.C.), el poder de la dinastía Zhou estaba en decadencia mientras que los reyes locales lograban progresivamente aumentar el suyo. Esto supuso la instauración del feudalismo tal y como lo conocemos en Europa: la nobleza continuó su desarrollo de forma jerárquica mediante el derecho de sucesión del primogénito y aparecen nuevas categorías nobiliarias, mientras que los campesinos se consideran siervos sujetos al pago de tributos y prestaciones personales. En la escala de prestigio de las clases sociales, la nobleza se encontraba a la cabeza, seguida de los sabios, los campesinos, los artesanos (siempre al servicio exclusivo de la nobleza) y, por último, los comerciantes.

Hacia el año 409 a.C. se deshizo la alianza feudal de estados, instaurándose un periodo durante el que cada uno de los príncipes luchó por conseguir el poder sobre todo el reino.

Es con este telón de fondo como debemos contemplar las enseñanzas del Maestro. Confuzio vivió en lo que Trauzettel definió como el “paso de la religiosidad mágica a la racionalidad”, construyendo un ideal de virtud cuyo modelo extrajo del pasado. Planteó exigencias morales a su entorno: si todos ―tanto si ocupaban un puesto elevado como bajo en la escala social― vivían según el ideal moral, el individuo, la familia, el pueblo y el soberano gozarían de mayor bienestar y en el país reinaría la paz. El contenido político de su doctrina es la exigencia de paz, unidad y el ejercicio del poder por parte del hombre más cualificado, más capaz, como era el caso de los emperadores y reyes de la época precedente:

Los ancianos que deseaban demostrar la virtud más alta por todo el imperio, primero ordenaban bien sus propios Estados. Deseando ordenar bien sus Estados, primero regulaban sus familias. Deseando regular bien sus familias, primero se cultivaban a sí mismos. Deseando cultivarse a sí mismos, primero rectificaban sus corazones. Deseando rectificar sus corazones, primero procuraban ser sinceros en sus pensamientos. Deseando ser sinceros en sus pensamientos, primero extendían hasta el máximo sus conocimientos. Tal extensión de conocimientos yace en la investigación de las cosas.

Investigadas las cosas, el conocimiento se completaba. Completos sus conocimientos, sus pensamientos eran sinceros. Sinceros sus pensamientos, sus corazones eran entonces rectificados. Rectificados sus corazones; ellos mismos eran cultivados. Cultivados ellos mismos, sus familias eran reguladas. Reguladas sus familias, sus Estados eran gobernados rectamente. Gobernados rectamente sus Estados, todo el imperio estaba tranquilo y era feliz.

Desde el Hijo del Cielo hasta la masa de gentes, todos deben considerar el cultivo de la persona como la raíz de todo lo demás.

Analectas de Confucio (wikimedia commons).

Con el mismo propósito de que los destinos del país quedasen en manos de los más capaces, expuso las seis cualidades y las seis perversiones:

El Maestro preguntó: «Zilu, ¿has oído hablar de las seis cualidades y de las seis perversiones?» —«No.» —«Siéntate, te las diré. Amar la humanidad sin amar el aprendizaje degenera en necedad. Amar la inteligencia sin amar el conocimiento degenera en frivolidad. Amar la caballerosidad sin amar el conocimiento degenera en bandidismo. Amar la franqueza sin amar el conocimiento degenera en brutalidad. Amar el valor sin amar el conocimiento degenera en violencia. Amar la fuerza sin amar el conocimiento degenera en anarquía.»

Amar la humanidad sin amar el conocimiento degenera en necedad: cualquiera que dude de la relevancia actual de esta máxima debería pararse a contemplar lo que nos rodea, no solo en ese activismo bien intencionado, pero ignorante, que está tan de moda, sino en quienes elegimos como gobernantes, como administradores etc. Por una extraña lógica, presuponemos a menudo que la bondad debería por sí misma conllevar una especie de dispensa de la inteligencia, pero, de hecho, estas dos cualidades están orgánicamente relacionadas, como si la bondad y la estupidez fueran compatibles.

Unas palabras para detenernos un minuto a reflexionar.

Publicado por José Luis Moreno en BREVE, FILOSOFÍA, 1 comentario