cáncer

Reseña: «Los renglones torcidos de la ciencia. De la antimateria a la medicina moderna», de Eugenio Manuel Fernández Aguilar

Reseña: «Los renglones torcidos de la ciencia. De la antimateria a la medicina moderna», de Eugenio Manuel Fernández Aguilar

     Última actualizacón: 21 abril 2021 a las 09:18

Ficha Técnica

Título: Los renglones torcidos de la ciencia. De la antimateria a la medicina moderna.
Autor: Eugenio Manuel Fernández Aguilar
Edita: Antoni Bosch, 2020
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
Número de páginas: 180 p.
ISBN: 978-84-949979-2-1

Reseña del editor

A partir de pequeñas historias de la ciencia más básica, mediante anécdotas e indagando en la vida personal de los científicos implicados en los diversos descubrimientos que condujeron al PET (la tomografía de emisión de positrones), este libro relata cómo se llegó al diseño y la puesta en marcha de esta máquina, actualmente usada en medicina para el diagnóstico y el seguimiento del cáncer, así como otras enfermedades.

Entre las personas a menudo se dan desavenencias y envidias, pero también colaboración constante y trabajo desinteresado. La ciencia es un ejemplo de ello: acaba siendo una colmena inteligente, fruto del esfuerzo, a veces solidario, entre hombres y mujeres de ayer y de hoy. Este libro muestra cómo también el quehacer científico se teje con hilos sueltos que podrían quedar como simples renglones torcidos de la ciencia aunque con frecuencia resultan en estampados insospechados.

Reseña

Publicado por José Luis Moreno en RESEÑAS, 0 comentarios
Reseña: El emperador de todos los males

Reseña: El emperador de todos los males

     Última actualizacón: 29 agosto 2018 a las 20:45

Ficha Técnica

Título: El emperador de todos los males. Una biografía del cáncer
Autor: Siddhartha Mukherjee
Edita: Debate, 2017
Encuadernación: Tapa dura.
Número de páginas: 688 p.
ISBN: 978-8499924496

Reseña del editor

En 2010, siete millones de personas murieron de cáncer en todo el mundo. Con esta fría estadística Siddhartha Mukherjee, médico e investigador oncológico, arranca su amplia y absorbente «biografía» de una de las enfermedades más extendidas de nuestro tiempo.

El emperador de todos los males es una crónica completa del cáncer desde sus orígenes hasta los modernos tratamientos (quimioterapia de diversos tipos, radioterapia y cirugía, además de la prevención) que han surgido gracias a un siglo de investigación, ensayos y pequeños avances trascendentales en muchos lugares distintos.

Este libro es un repaso a la ciencia del cáncer y a la historia de los tratamientos que le han hecho frente, pero también es una reflexión sobre la enfermedad, la ética médica y las complejas y entrelazadas vidas de los oncólogos y sus pacientes. La empatía que muestra Mukherjee hacia los enfermos de cáncer y sus familias, así como hacia los médicos que muy a menudo tan pocas esperanzas les pueden ofrecer, hacen de este libro una historia llena de humanidad de una enfermedad compleja e inasible.

Reseña

Hoy sabemos mucho acerca del cáncer. Y, precisamente, una de las cosas que más ha costado comprender es que el cáncer no es una sola enfermedad sino muchas. En un afán simplificador las llamamos cáncer porque todas ellas poseen una característica común: el crecimiento anormal de células. En este libro vamos a profundizar en todos sus aspectos.

Mukherjee ha escrito un libro excepcional. Ampliamente galardonado, estamos ante una biografía en el sentido más fiel de la palabra. Como su propio autor afirma, es «un intento de entrar en la mente de esta enfermedad inmortal, entender su personalidad, desmitificar su comportamiento». Quizás logrando comprender sus mecanismos de funcionamiento —que nos han sido esquivos durante mucho tiempo— podamos ser capaces de ponerle fin. El objetivo último del libro es por tanto responder a dos preguntas: ¿puede imaginarse en el futuro un final del cáncer? ¿Es posible erradicar para siempre esta enfermedad de nuestro cuerpo y nuestras sociedades?

El libro comienza con una dedicatoria muy especial:

A Robert Sandler (1945-1948) y a quienes vivieron antes y después de él.

El pequeño Sandler tiene un papel relevante en esta historia así que permitidme que, pese a la extensión, reproduzca en esencia lo que nos cuenta Mukherjee:

Robert Sandler tenía dos años. Su hermano mellizo, Elliott, era un niño que apenas empezaba a andar, activo y angelical de salud perfecta.

Diez días después de su primera fiebre, el estado de Robert empeoró de manera significativa. La temperatura subió. El color de la tez pasó de rosado a un espectral blanco lechoso. Lo trasladaron al Hospital Infantil de Boston. El bazo, un órgano del tamaño de un puño que almacena y produce sangre (por lo común apenas palpable debajo de la caja torácica), estaba notoriamente agrandado, sobre todo en la parte inferior, como una bolsa cargada en exceso. Una gota de sangre observada bajo el microscopio de Farber [Sydney Farber, un médico con un protagonismo esencial en el libro] reveló la identidad de su enfermedad: miles de inmaduros blastos leucémicos linfoides se dividían a un ritmo frenético y sus cromosomas se aglomeraban y desaglomeraban, como diminutos puños apretados que se abrieran y volvieran a cerrarse [se trataba de leucemia].

Sandler llegó al Hospital Infantil apenas unas semanas después de que Farber recibiera su primer paquete de Lederle [un laboratorio farmacéutico]. El 6 de septiembre de 1947 el médico comenzó a inyectarle ácido pteroilaspártico (PAA por sus siglas en inglés), el primero de los antifolatos de Lederle.

El PAA surtió escaso efecto. A lo largo del siguiente mes el letargo de Sandler fue en aumento. El niño desarrolló una cojera como consecuencia de la presión de la leucemia sobre la médula espinal. Aparecieron dolores en las articulaciones y otros violentos dolores migratorios. Luego, la leucemia irrumpió en uno de los huesos del muslo, causando una fractura y desencadenando un dolor cegadoramente intenso e indescriptible. Hacia diciembre el caso parecía desesperado. La punta del bazo de Sandler, más densa que nunca a causa de las células leucémicas, cayó hasta la pelvis. El niño estaba retraído, indiferente, hinchado y pálido y se encontraba al borde de la muerte.

Sin embargo, el 28 de diciembre Farber recibió de Subbarao y Kiltie una nueva versión del antifolato, la aminopterina, un fármaco que mostraba un pequeño cambio con respecto a la estructura del PAA. En cuanto tuvo la sustancia farmacológica en sus manos, Farber comenzó a inyectar al niño con la esperanza, a lo sumo, de un breve aplazamiento en la evolución del cáncer.

La respuesta fue notoria. El recuento de glóbulos blancos, que había escalado a niveles astronómicos —diez mil en septiembre, veinte mil en noviembre y casi setenta mil en diciembre— dejó de repente de crecer y se mantuvo en una meseta. Luego, hecho aún más notable, comenzó a caer efectivamente y los blastos leucémicos menguaron poco a poco en la sangre hasta casi desaparecer. Para fin de año, el recuento había disminuido hasta alrededor de una sexta parte de su valor máximo y rozaba un nivel casi normal. El cáncer no había desaparecido —bajo el microscopio todavía se observaban glóbulos blancos malignos—, pero había cedido temporalmente, congelado en un punto muerto hematológico en el helado invierno bostoniano.

El 13 de enero de 1948 Sandler volvió a la clínica, caminando por sí solo por primera vez en dos meses. El bazo y el hígado se habían reducido de manera tan espectacular que la ropa del niño, señaló Farber, caía «floja en torno al abdomen». Robert ya no tenía hemorragias. Mostraba un hambre voraz, como si tratara de recuperar seis meses de comidas perdidas. En febrero, indicó Farber, el estado de alerta, la nutrición y la actividad del niño eran iguales a los de su hermano mellizo. Durante más o menos un mes, Robert y Elliott Sandler volvieron a parecer idénticos.

[…] Como señaló un cirujano, los niños con cáncer solían estar «escondidos en los lugares más recónditos de las salas del hospital». De todas maneras, estaban en su lecho de muerte, argumentaban los pediatras; ¿no sería más amable y generoso, insistían algunos, «dejarlos morir en paz»? Cuando un clínico sugirió que los novedosos «productos químicos» de Farber se reservaran como recurso de última instancia para los niños leucémicos, este, recordando su anterior labor de patólogo, replicó: «Para entonces, el único producto químico que necesitaremos será el líquido para embalsamar».

El pequeño Sandler finalmente sucumbió a la leucemia. Pero su muerte no hizo sino espolear más aún el frenesí por comprender el cáncer y tratar de buscarle una cura. Este caso fue el comienzo de la quimioterapia, y gracias a sus resultados se desató una lucha encarnizada por vencer la enfermedad.

Y en este sentido, la historia del cáncer es una historia militar, «la lucha contra un enemigo informe, intemporal y ubicuo». A lo largo de las páginas de este libro vamos a alegrarnos por las victorias y a sufrir con las derrotas, asistiremos a los esfuerzos de médicos, pacientes, políticos y la sociedad en general por vencer campaña tras campaña; en esta historia hay actos de heroísmo y también de arrogancia, de supervivencia y resiliencia y, huelga decirlo, de «heridos, condenados, olvidados, muertos». En definitiva, el cáncer aparece verdaderamente, tal cual escribió un cirujano decimonónico en la portada de un libro, como «el emperador de todos los males, el rey de los terrores».

El libro está escrito en un tono cálido porque entremezcla los datos «asépticos» de la historia de la ciencia con las experiencias personales de médicos, enfermos y la suya propia, tejiendo de esta forma un texto que no te deja indiferente. Pese a la abundancia de información, su lectura te acompaña y te guía como sólo consiguen los buenos escritores al contar historias complejas: se trata de embarcarnos en un viaje del que sabemos el punto inicial pero desconocemos a dónde nos va a llevar. Mukherjee nos cuenta que su idea inicial era la de escribir un diario del curso de formación avanzada en medicina del cáncer que había recibido en el Instituto del Cáncer Dana-Farber y el Hospital General de Massachusetts, en Boston.

Lo que pasó es que lo que iba a ser un «sencillo» manual, se convirtió en un viaje más grande de exploración que le llevó a las profundidades no solo de la ciencia y la medicina, sino de la cultura, la historia, la literatura y la política, al pasado del cáncer y a su futuro.

El futuro. Como decía al comienzo, una de las cuestiones que trata de resolver el autor es qué ocurrirá en el futuro, si conseguiremos acabar con la enfermedad. Hemos asistido a demasiados anuncios que vaticinaban una cura —tras la publicación de los resultados del Proyecto Genoma Humano con la secuenciación de nuestro ADN se pensó que habíamos llegado— que luego han probado ser meras desilusiones. Y es que ya lo dijeron los antiguos griegos. Los griegos utilizaban una evocadora palabra para describir los tumores: onkos, que significa «masa» o «carga». Hoy sabemos que el cáncer es, en efecto, «el peso incorporado a nuestro genoma, el contrapeso de plomo a nuestras aspiraciones de inmortalidad».

La ciencia médica ha comprendido que los oncogenes (los genes cuyo anormal funcionamiento provocan la enfermedad) surgen de mutaciones en genes esenciales que regulan el crecimiento de las células. Estas mutaciones se acumulan cuando los carcinógenos dañan el ADN, pero también debido a errores aparentemente azarosos cuando las células se dividen. Evitar la exposición a los carcinógenos es algo que podríamos llegar a conseguir, pero evitar las mutaciones en nuestro ADN es imposible. La vida evoluciona gracias a esas mutaciones.

Entonces, la conclusión sería que solo podremos liberarnos del cáncer en la medida en que podamos liberarnos de los procesos de nuestra fisiología que dependen del crecimiento: el envejecimiento, la regeneración, la curación y la reproducción.

Mukherjee reconoce que «no está claro si una intervención que discrimine entre crecimiento maligno y crecimiento normal es siquiera posible. Tal vez el cáncer defina el límite exterior intrínseco de nuestra supervivencia. Cuando nuestras células se dividen y nuestro cuerpo envejece, y las mutaciones se acumulan inexorablemente unas sobre otras, el cáncer bien podría ser el término final en nuestro desarrollo como organismos».

Mi padre murió de cáncer hace tres años. No llegó a sobrevivir más de un mes desde el diagnóstico inicial. Dos de mis tíos, mis dos abuelos y otros familiares también han muerto de cáncer. Y estoy seguro de que lo mismo podéis decir la mayoría de quienes estáis leyendo esto. Este libro me ha permitido comprender muchas de las cosas que en mi completa ignorancia yo llamaba «incoherencias» cuando el oncólogo trataba de explicar la evolución de la enfermedad de mi padre.

Pero también me ha hecho tener claras otras perspectivas:

  • Nosotros, como sociedad, no podemos permitir que gente sin escrúpulos quiera beneficiarse del estado de desolación que provoca un diagnóstico de cáncer en determinados enfermos. Estamos acostumbrados a que charlatanes y estafadores de la peor calaña mientan al afirmar que siguiendo determinada dieta o tomando cualquier brebaje vamos a curarnos de la enfermedad. O que el cáncer es producto de un trastorno mental. Esas personas deberían estar en la cárcel. Y si no lo están es porque tenemos leyes que no son claras a la hora de atajar esas conductas. En nuestra mano está el obligar a los políticos a que esta situación cambie.
  • Las enfermedades —como el cáncer, Parkinson, Alzheimer y un largo etcétera— sólo pueden vencerse a través de la investigación científica. Sólo la ciencia posee los mecanismos adecuados para comprender cómo se desarrollan, cómo evolucionan y, en definitiva, qué terapias son las más adecuadas para ponerles coto. Apoyar la ciencia, apoyar la investigación biomédica, es la mejor forma de que cuando oigamos la palabra «cáncer» no sintamos un escalofrío que nos recorra todo el cuerpo.
  • Por último, y en particular en el caso del cáncer, quizás deberíamos concentrarnos en prolongar la vida en vez de tratar de eliminar la muerte; en convertir la enfermedad en una situación crónica que permita llevar una vida lo más normal posible gracias a la medicación. A lo mejor, «la manera de “ganar” la guerra contra el cáncer consiste, quizá, en redefinir la victoria».

 

Por último, no puedo dejar de recomendarte que escuches la conversación que mantuvo Luis Quevedo con el propio Mukherjee y Josep Baselga, director médico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York:

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Siete días … 26 de mayo a 1 de junio (perros cazando mamuts)

Siete días … 26 de mayo a 1 de junio (perros cazando mamuts)

     Última actualizacón: 27 octubre 2017 a las 13:54

ANTROPOLOGÍA

Un nuevo análisis de yacimientos arqueológicos europeos que contienen un gran número de mamuts muertos y viviendas construidas con huesos de mamut ha llevado a la profesora emérita de Penn State Pat Shipman a formular una nueva interpretación de cómo se formaron estos sitios.

Sugiere que su aparición pudo deberse a que los primeros humanos modernos adiestraron a los primeros perros domésticos a matar mamuts. El análisis de Shipman también proporciona una manera de probar las predicciones de su nueva hipótesis.

Los sitios arqueológicos con herramientas de piedra y cientos de mamuts muertos se hicieron comunes en el centro y el este de Eurasia hace entre aproximadamente 45.000 y 15.000 años, aunque los mamuts habían sido cazados por los seres humanos y su parientes y antepasados extintos durante por lo menos un millón de años. Algunos de estos sitios misteriosos tienen chozas construidas con huesos de mamut siguiendo modelos geométricos, así como montones de huesos de mamuts descuartizados.

«Uno de los mayores enigmas de estos sitios es cómo un número tan grande de mamuts pudieron haber sido abatidos con las armas disponibles durante ese tiempo», dijo Shipman, que cuestiona estudios previos que relacionan la mortandad con catástrofes naturales.

Sorprendentemente, dijo Shipman, algunos de los patrones de mortalidad también se producían entre los elefantes modernos muertos por sequías o cacerías. Este descubrimiento sugiere que una nueva técnica exitosa para matar animales tan grandes había sido desarrollada y su uso repetido en el tiempo podría explicar las misteriosas acumulaciones masivas de huesos de mamut en Europa.

La clave de la nueva hipótesis de Shipman es un trabajo reciente realizado por un equipo dirigido por Mietje Germonpré del Real Instituto Belga de Ciencias Naturales, que ha descubierto evidencia de la domesticación de perros en algunos de estos enclaves. Con esta evidencia como una pista, Shipman utiliza información acerca de cómo los seres humanos cazan con perros para formular una serie de predicciones comprobables acerca de los yacimientos de mamut.

«Los perros ayudan a los cazadores a encontrar presas más rápido y más a menudo, y los perros también pueden rodear un gran animal y mantenerlo en su lugar mientras los cazadores se mueven para abatirlo. Ambos efectos podrían aumentar el éxito de la caza», dijo Shipman.

«Por otra parte, los perros grandes como los identificados por Germonpré bien pueden ayudar a llevar las presas a casa o, protegiendo a los humanos de otros carnívoros, pueden hacer posible que los cazadores acampen en los sitios de la matanza.” Shipman dijo que estas predicciones ya han sido confirmadas por otros análisis. Además, dijo, » si los cazadores que trabajan con perros capturar más presas, tienen una mayor ingesta de proteínas y grasas, y tienen un menor gasto de energía, su tasa de reproducción es probable que aumente».

La imagen adjunta muestra un cráneo de perro de hace 27.000 años hallado en la República Checa, en cuya boca apareció un gran hueso, posiblemente de mamut. El hallazgo sugiere que el animal recibió un tratamiento funerario especial, posiblemente en reconocimiento a su contribución en la caza de estos grandes animales.

• Noticia Europa Press

• Artículo: How do you kill 86 mammoths? Taphonomic investigations of mammoth megasites

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Un estudio de las universidades de Barcelona y Lleida y del Museo de Arqueología de Cataluña ha descrito por primera vez cómo era la agricultura en Oriente Próximo, cuna de la agricultura en Occidente, hace 12.000 años.

Según ha informado la UB, los datos aportados por el trabajo permiten entender con más precisión las condiciones de la agricultura en sus orígenes y la evolución de las prácticas agrícolas asociadas al desarrollo de poblaciones humanas en la zona.

Los resultados permiten conocer, por primera vez mediante evidencias directas, las condiciones de humedad y fertilidad de los cultivos, así como el proceso de domesticación de los cereales por parte de los humanos desde el neolítico (12.000 años atrás) hasta poco antes de la época prerromana (hace aproximadamente 2.000 años).

La investigación, en la que también han participado los investigadores Ramon Buxó, fitoarqueólogo y director del Museo de Arqueología de Cataluña, y Mónica Aguilera, investigadora de la UdL actualmente en el Museo de Historia Natural de París, se ha publicado en la revista «Nature Communications».

Los investigadores han aplicado técnicas de fisiología de cultivos para analizar restos arqueobotánicos, entre ellos 367 semillas de cereales -como cebada y trigo-, y 362 restos de maderas obtenidas en 11 yacimientos arqueológicos de la Alta Mesopotamia, que incluye el sureste de la actual Turquía y el norte de Siria.

Los investigadores han analizado semillas de cultivos actuales de trigo y cebada y maderas de especies similares a las arqueológicas crecidas en la región y han comparado el tamaño de los restos de semillas con muestras actuales para determinar cómo se produjo la domesticación de los cultivos.

«Hasta ahora, la metodología que se usaba no reconstruía el tamaño real, sino que medía la anchura y la longitud de semillas carbonizadas», ha explicado José Luis Araus, profesor del Departamento de Biología Vegetal de la UB.

«Hemos reconstruido el peso de la semilla -ha añadido Araus- y hemos visto que su incremento continuó durante mucho más tiempo del que se pensaba, posiblemente durante varios milenios».

• Noticia La Vanguardia

• Artículo: Agronomic conditions and crop evolution in ancient Near East agriculture

BIOLOGÍA

Un equipo de investigadores con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto una variedad de microbios procariotas simbiontes en el grupo de las ascidias, organismos filtradores que viven en el fondo de los océanos. Como han demostrado varios estudios recientes, las ascidias son el grupo animal evolutivamente más próximo a los vertebrados, al que pertenecen los seres humanos. Por esta razón, esta relación con simbiontes microbianos podía estar presente en el ancestro de los vertebrados y haber tenido un papel en su evolución.

La simbiosis es una relación por la que ambos participantes resultan beneficiados. Los microbios simbiontes intervienen en el metabolismo de los animales, intercambian nutrientes con ellos y en algunos casos producen sustancias químicas de defensa para ellos. Las asociaciones simbióticas con microbios se han mostrado muy importantes en otros grupos de invertebrados, como las esponjas o los corales, pero se ignoraba que fuesen abundantes en las ascidias.

Este nuevo estudio ha analizado genéticamente las comunidades simbiontes en 25 especies de ascidias de la Gran Barrera de Coral australiana. Para ello se han empleado técnicas de secuenciación masiva, que se han aplicado por primera vez a este grupo. Los resultados han mostrado la presencia de más de 3.300 especies de microbios procariotas pertenecientes a 19 tipos de bacterias.

La mayoría de estos organismos estaban ausentes o eran escasos en el agua marina del ambiente, lo que demuestra su carácter simbiótico. Muchas de estas asociaciones eran específicas de una o unas pocas especies de ascidia. Había pocos simbiontes generalistas. Así lo concluye la investigación efectuada por científicos del Centro de Estudios Avanzados de Blanes, del CSIC, de la Universidad de Barcelona y del Australian Institute of Marine Science. Los resultados de la investigación se ha publicado en la revista The ISME Journal, de la International Society for Microbial Ecology.

El estudio descubrió que entre estos simbiontes destacaban por su abundancia las cianobacterias, que son capaces de realizar la fotosíntesis y pueden ser una fuente de compuestos orgánicos para las ascidias, y las bacterias nitrificantes, muy importantes en el ciclo del nitrógeno. Los datos recogidos en la investigación indican que estos simbiontes prácticamente desconocidos hasta ahora desempeñan una función fisiológica y ecológica relevante.

Los hallazgos del estudio indican que la simbiosis con procariotas tiene una importancia mayor de lo que se pensaba en el éxito evolutivo de las ascidias. Estas asociaciones podían existir ya en el ancestro común entre ascidias y vertebrados, por lo que la propia evolución de los seres humanos podría haber estado influida por interacciones simbióticas.

• Artículo: Down under the tunic: bacterial biodiversity hotspots and widespread ammonia-oxidizing archaea in coral reef ascidians

ECOLOGÍA

El rascón de manglar de California (Rallus longirostris), también conocido como tingua, es una ave que solo vive en un pantano de sal de la bahía de San Francisco (EE UU) y está en peligro de extinción. Su hábitat natural desapareció –en parte por la expansión urbana– y pasó a depender de la planta invasora Spartina alterniflora para construir sus nidos y buscar alimento.

“La Spartina invasiva causa gran variedad de daños en la bahía. Desde la modificación de las líneas de costa –que afecta a los terrenos de las propiedades costeras–, a la obstrucción de los canales de control de inundaciones –que aumenta el riesgo de desbordamiento–. Además degrada los ecosistemas, provoca una pérdida del hábitat de la marisma e induce a la reducción de la biodiversidad”, explica a Sinc Adam Lampert, de la Universidad de California en Davis y coautor de un estudio que publica la revista Science sobre cómo enfocar de forma equilibrada la recuperación y la erradicación de especies.

Que la tingua dependa de esta planta para subsistir planteaba un dilema a los programas científicos que centran sus esfuerzos en erradicar a las especies invasoras para recuperar a las autóctonas.

La alternativa que plantearon en este caso fue erradicar más lentamente a Spartina alterniflora, y combinarlo con la restauración de la Spartinafoliosa autóctona, que solía ser hábitat del rascón de manglar. Para ello usaron datos de campo y económicos, y desarrollaron una estrategia de manejo óptima que hizo posible la eliminación de la invasora, con costes más bajos.

“Pensar desde el punto de vista de una sola especie no funciona. Los sistemas de gestión conjunta ocupan escalas de tiempo más largos, y hay que tener mucha más flexibilidad presupuestaria», declara Alan Hastings, de la misma universidad y coautor también del estudio.

Los resultados del trabajo demostraron que, en vez de eliminar de la  forma más rápida como sea posible las plantas invasoras, el mejor enfoque es reducir la velocidad y combinarlo con la recuperación del ecosistema natural.

No existen muchos ejemplos de un tipo de conflicto como este, solo es conocido otro en el suroeste de EE UU donde el programa de erradicación de la especie de árbol invasor Tamrisk se canceló en aquellas zonas donde proveía un hábitat de anidación para la especie de ave en peligro: el mosquerito de sauce (Empidonax traillii).

“Los programas de erradicación aumentan y tenemos la certeza de que este será un conflicto común en el futuro”, concluye el experto “En este otro caso simplemente se detuvo la eliminación del árbol invasor en aquellos lugares donde estaba la especie en extinción. Por el contrario, en nuestro estudio, la restauración activa con especies nativas cumple un doble objetivo, eliminar la invasora y recuperar la amenazada”, añade Davis Ted Grosholz, coautor del trabajo.

Los científicos creen que este escenario se repetirá en el futuro a medida que crece el número de especies invasoras. “Los programas de erradicación van en aumento y tenemos la certeza de que este será un conflicto común en el futuro”, concluye el experto.

Según Alan Tessier, director del programa en la división de biología ambiental de la Fundación Nacional para la Ciencia: «Este trabajo es importante porque analiza las soluciones de gestión más rentables en el conflicto común entre la eliminación de especies invasoras y la conservación de la biodiversidad».

• Noticia Agencia SINC

• Artículo: Optimal approaches for balancing invasive species eradication and endangered species management

GENÉTICA

Identificado un nuevo supresor de metástasis de cáncer de mama a pulmón. Una investigación liderada por el IRB Barcelona describe que la pérdida de un supresor promueve la colonización del pulmón por parte de células cancerosas de mama. Podría ser un buen marcador para distinguir a las pacientes con mayor riesgo de sufrir metástasis, además de ser diana para desarrollar una terapia preventiva después de la extirpación del tumor primario.

Un estudio publicado en EMBO Molecular Medicine revela que la pérdida de función del gen RARRES3 en células de cáncer de mama promueve la metástasis a pulmón. El trabajo liderado por Roger Gomis, Profesor de Investigación ICREA del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), es una colaboración entre dos laboratorios del IRB y Joan Massagué, desde el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York.

Los investigadores demuestran que RARRES3 está inhabilitado en los tumores de mama estrógeno negativo (ER-) lo que promueve la invasión posterior de las células cancerosas y  les confiere “una mayor malignidad”, describe Gomis, jefe del Laboratorio de Control de Crecimiento y Metástasis del Cáncer del IRB.

Este tipo de tumores supone entre el 20% y el 30% de los casos de cáncer de mama, cuya metástasis suele ocurrir a pulmón y otros tejidos blandos. Esta etapa de la enfermedad suele ser mortal. Los estudios se han realizado en muestras de tumores de ratón, en líneas celulares y han sido validados en 580 muestras de tumores primarios de mama.

El estudio describe que la pérdida de función de RARRES3 permite a la célula tumoral de mama desarrollar capacidades de adhesión de las células malignas al tejido pulmonar. Además, las células al perder RARRES3 pierden la capacidad de diferenciación, lo que les facilita la iniciación de metástasis a tejidos distantes.

“En el proceso de transformación de una célula normal a tumoral e invasiva no todo es adquirir capacidades sino que es igualmente importante perder determinados genes, como RARRES3” explica el doctor en biología y estudioso de las metástasis, Roger Gomis.

Los investigadores establecen que la detección de la pérdida de RARRES3 podría ser un buen marcador para identificar a las pacientes con más probabilidades de sufrir metástasis a pulmón.

Además, exponen que algunos de los pacientes, específicamente los de ER-, podrían beneficiarse de un tratamiento con ácido retinoico durante la prevención de metástasis tras la extirpación del tumor original. Este tratamiento favorecería la función de diferenciación celular y evitaría habilidades de célula madre, que confieren a las células una mayor malignidad.

“Los tratamientos con ácido retinoico ya se han probado antes para otro tipo de patologías. Proponemos que podría ser interesante desarrollar tratamientos específicos para este subtipo de cáncer de mama”, dice Gomis.

• Noticia IRB Barcelona

• Artículo: RARRES3 suppresses breast cancer lung metastasis by regulating adhesion and differentiation

MEDICINA

Se ha demostrado por vez primera el uso de luz láser de baja potencia para hacer que las células madre del interior del cuerpo regeneren tejidos dentales. Si la técnica, por ahora probada solo en ratones, demuestra ser eficaz y segura en humanos, los dentistas podrían regenerar dientes en vez de reemplazarlos, y sin necesidad de extraer células ni inyectarlas.

El equipo de David Mooney, científico del Instituto Wyss para la Ingeniería Biológicamente Inspirada, que está vinculado a la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS) de la Universidad de Harvard, y que tiene su sede en Boston, Massachusetts, Estados Unidos, utilizó un láser de baja potencia para incitar a células madre dentales humanas a que formasen dentina, el tejido duro que se parece al hueso y que constituye la mayor parte de cada diente. Además, han descrito el mecanismo molecular exacto implicado, y han demostrado su control del mismo en diversos escenarios.

Una serie de sustancias biológicamente activas, como las proteínas reguladoras llamadas factores de crecimiento, pueden incitar a las células madre a diferenciarse en distintos tipos de células. Las actuales iniciativas científicas para desarrollar métodos fiables de regeneración necesitan que los especialistas aíslen células madre extraídas del cuerpo, que las manipulen en el laboratorio, y que las devuelvan al cuerpo, pasos complejos todos ellos y que afrontan numerosas limitaciones técnicas y de otros tipos que hacen difícil su aplicación clínica práctica. Pero el método de Mooney es diferente y más sencillo de llevar a cabo por el personal médico.

Esta nueva modalidad de tratamiento desarrollada y ensayada por Mooney, Praveen Arany, ahora en los Institutos Nacionales estadounidenses de la Salud (NIH), y doce científicos más de instituciones estadounidenses, no implanta nada dentro del cuerpo, y, por otro lado, los láseres se usan de forma rutinaria en medicina y odontología, por todo lo cual las barreras para trasladar la nueva técnica del laboratorio a la práctica clínica común son escasas.

La nueva investigación sienta además las bases para una amplia gama de aplicaciones clínicas en odontología de restauración y medicina regenerativa en general, como por ejemplo la curación de heridas, la regeneración ósea, y otras.

• Noticia NCYT

• Artículo: Photoactivation of Endogenous Latent Transforming Growth Factor–β1 Directs Dental Stem Cell Differentiation for Regeneration

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Una nueva estrategia contra la diabetes. El nuevo enfoque, descrito por David Liu y Alan Saghatelian, de la Universidad Harvard, se basa en un compuesto que inhibe la enzima degradadora de la insulina (IDE). Se ha demostrado que la inhibición de esta enzima en ratones eleva los niveles de la hormona. Los pacientes tratados con la nueva sustancia podrían llegar a mantener niveles más altos de insulina, lo que mejoraría la tolerancia a la glucosa y, por consiguiente, el tratamiento de la diabetes. El descubrimiento del compuesto, y las pruebas que demuestran su eficacia en ratones, se han descrito recientemente en Nature.

Durante décadas, los tratamientos para la diabetes centrados en la insulina han consistido en tres estrategias principales: inyectar insulina, proporcionar fármacos que estimulan su secreción o administrar medicamentos que aumentan la sensibilidad a la hormona.

Sin embargo, no se disponía de un método que regulara la degradación de la insulina. El avance logrado ha consistido en identificar una molécula que posee esa capacidad. Aunque la proteína IDE se describió hace 65 años, resultaba difícil hallar un compuesto que la inhibiera. La mayoría de las sustancias ensayadas eran demasiado inestables y no persistían en el cuerpo, o bien carecían de la especificidad de inhibir la IDE sin afectar a la vez a otras proteínas importantes.

Los investigadores de Harvard se propusieron analizar una amplia gama de moléculas para determinar cuáles eran estables y específicas. A continuación, evaluaron los efectos de la molécula candidata con un mayor efecto en ratones obesos y delgados a los que se había administrado glucosa.

Como era de esperar, los niveles de azúcar en sangre disminuyeron más deprisa en los ratones que recibieron la molécula inhibidora que en los ratones de control, fueran estos obesos o delgados. Pero el equipo se dio cuenta de un hecho sorprendente: el inhibidor de la IDE ejercía el efecto contrario cuando la glucosa se inyectaba que cuando se ingería.

Los investigadores sugieren que la razón de tal diferencia se debería a que la IDE también afecta a otras dos hormonas intestinales que regulan el nivel de azúcar en la sangre: la amilina y el glucagón. De este modo, los ratones que recibieron el inhibidor presentaron niveles más altos de glucagón (una hormona que aumenta los niveles de azúcar en la sangre) después de la inyección de glucosa.

Sin embargo, los animales que ingerían glucosa tendían a exhibir niveles de insulina mucho más altos que a los que se inyectaba el azúcar. Es decir, cualquier efecto sobre otras hormonas queda amortiguado por el impacto proporcionalmente mayor sobre la insulina, cuando se ingiere glucosa.

Aunque el descubrimiento de la molécula resulta emocionante, los autores subrayan que la estrategia aún debe optimizarse y puede tardar algún tiempo antes de que llegue a aplicarse en humanos. Sin embargo, el trabajo valida la IDE como una nueva diana terapéutica para luchar contra la diabetes y aporta herramientas experimentales para desarrollar el tratamiento.

• Noticia Investigación y Ciencia

• Artículo: Anti-diabetic activity of insulin-degrading enzyme inhibitors mediated by multiple hormones

CLIMATOLOGÍA

Una investigación en la que participa la Universidad de Granada ha revelado nuevos datos sobre el cambio climático que se produjo en la península ibérica hacia la mitad del Holoceno (hace 6.000 años aproximadamente), cuando comenzó a aumentar el aporte de polvo atmosférico proveniente del Sáhara, a partir del estudio de los sedimentos en una laguna alpina de Sierra Nevada (Granada).

Este trabajo, publicado en la revista Chemical Geology, se basa en la sedimentación de polvo atmosférico proveniente del Sahara, un fenómeno muy frecuente en el sur de la península ibérica fácilmente identificable en la actualidad cuando, por ejemplo, encontramos una capa de polvo rojiza cubriendo nuestros coches.

Los científicos han estudiado una laguna alpina de Sierra Nevada, situada a 3.020 metros de altura sobre el nivel del mar, llamada Laguna de Río Seco. Recogieron muestras de sedimento de 1,5 metros de profundidad, que representan aproximadamente los últimos 11.000 años (época que es conocida como Holoceno), y hallaron, entre otros indicadores paleoclimáticos, evidencias de polvo atmosférico proveniente del Sáhara.

Como explica uno de los autores de este trabajo, el investigador de la UGR Antonio García-Alix Daroca, “la sedimentación de este polvo atmosférico ha afectado a lo largo del Holoceno a los ciclos vitales en las lagunas de Sierra Nevada, debido a que éste incluye diversos nutrientes y/o minerales que son escasos a esas alturas y que ciertos organismos que habitan allí necesitan”.

Este estudio también ha revelado la existencia de un periodo relativamente húmedo durante la primera parte del Holoceno (10.000-6.000 años aproximadamente). A partir de ahí, hubo una tendencia hacia la aridificación hasta hoy día, coincidiendo con un incremento de la caída de polvo atmosférico en el Sur de la Península, en relación a tormentas de polvo africanas.

“También hemos observado varios ciclos climáticos relacionados, en última instancia, con causas solares o la Oscilación del Atlántico Norte (NAO) -apunta García-Alix-. Como no disponemos de indicadores directos de estos cambios climáticos y ambientales, como medidas de humedad y temperatura por ejemplo, para realizar esta investigación hemos recurrido a estudiar indicadores indirectos, como polen fósil, carbones y geoquímica orgánica e inorgánica en los sedimentos”.

• Noticia Agencia SINC

• Artículo: Saharan aeolian input and effective humidity variations over western Europe during the Holocene from a high altitude record

ASTROFÍSICA

Una sombra de duda planea sobre el descubrimiento de las huellas de ondas gravitacionales del principio del universo que fue presentado a bombo y platillo, y celebrado en todo el mundo, el pasado mes de marzo. El hallazgo, realizado con el telescopio BICEP-2 instalado en el Polo Sur, es la detección indirecta de ondulaciones del espacio-tiempo en una fase inmediatamente después del Big Bang, lo que confirmaría la teoría de la inflación, según la cual en sus primeros instantes el cosmos sufrió un crecimiento descomunal y rapidísimo. Pero cuando los científicos se han puesto a escudriñar con detalle los datos presentados por John Kovac y su equipo de BICEP-2 han encontrado una pega que puede ser importante: ¿Se ha sustraído debidamente el efecto del polvo de nuestra galaxia, la Vía Láctea, interpuesto entre el telescopio y esas huellas de ondas gravitacionales primordiales? ¿O la señal captada está más contaminada por el polvo de lo que se dijo y en realidad no se han detectado tales huellas, o al menos no con el nivel de certeza exigido para decir que es un auténtico descubrimiento?

Por ahora, se están repasando a fondo los datos y habrá que esperar a los resultados del telescopio espacial europeo Planck sobre la cuestión, a finales de este año, y otras observaciones en curso para confirmar o no el descubrimiento de BICEP-2. Su trayectoria a Estocolmo, al premio Nobel, esta por ahora en suspenso. Para situar el problema se puede hacer una simple comparación: lo que BICEP-2 hace es rastrear en una región del cielo, con gran resolución, la radiación de fondo del universo, emitida cuando el cosmos tenía unos 380.000 años y se hizo transparente. Y en esa radiación, anunciaron en marzo, fueron capaces de detectar la huella de las ondas gravitacionales primordiales propagadas desde los primeros instantes del universo, en forma de unos patrones característicos. Hasta ahí todo bien. Pero si estos científicos están observando el fondo del universo, tienen que restar lo que tienen más cerca, la galaxia, que se interpone entre el telescopio y el fondo del cielo. Es como si se fotografía un paisaje al fondo pero con una tormenta de nieve delante: para estar seguro de que se ve bien el panorama en la imagen tiene que restar la nieve. La incertidumbre que ha surgido con BICEP-2 es si se restó debidamente ese polvo de la Vía Láctea.

Christopher Crockett explica en las noticias de la revista Science que Kovac presentó, entre otros, unos datos tomados por el telescopio Planck, que también escudriña la luz polarizada, aún no publicados oficialmente, es decir, sin una revisión con todo el rigor que eso supone. Es más, los investigadores de BICEP-2, dice, utilizaron una diapositiva con datos que Planck presentada en una charla y encima la malinterpretaron. Lo sacó a la luz, hace unos días, Raphael Flauger, del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, EE UU. Su conclusión es que los científicos de BICEP-2 habrían subestimado lo fuerte que es el efecto de polarización del polvo galáctico, aunque no descarta que el resultado final pueda ser correcto.

Frente a los argumentos de Flauger, los científicos de BICEP-2 han recalcado que no solo contaron con esos datos de Planck que ahora pueden resultar controvertidos, sino con más registros de esa suciedad interpuesta, el polvo galáctico, incluidos los tomados por ellos mismos previamente, desde el Polo Sur, y los de otro experimento independiente también realizado allí. Además, recuerdan, la región del cielo que ellos han observado está escasamente velada por polvo de la Vía Láctea, ya que está muy por encima del plano de la galaxia donde se concentran más nubes de gas y polvo. “Estamos seguros de nuestros datos”, ha dicho Jamie Bock, astrofísico de Caltech y miembro de BICEP-2, en Science.

Aunque los resultados presentados por Kovac y sus colegas a mediados de marzo no parecen ser ahora tan prístinos como el lugar de la Antártida elegido para hacer las observaciones, muchos científicos, y no solo los propios descubridores, confían en que acabarán confirmándose porque ese fallo concreto con el polvo puede no ser determinante. Otros son algo más escépticos y advierten, sobre todo, contra la premura que algunos equipos científicos tienen a la hora de presentar resultados y los anuncian antes de pasar el riguroso escrutinio de la publicación oficial en una revista científica de alto prestigio.

“En ciencia es obligatorio buscarle las cosquillas a cualquier experimento, y, más aún, si es tan importante como este”, recalca García-Bellido; “pero yo estoy convencido de que en este caso saldrá airoso. Pronto lo sabremos”.

• Noticia El País

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Siete días … 31 de marzo a 6 de abril (rayas de cebras y neurociencia)

Siete días … 31 de marzo a 6 de abril (rayas de cebras y neurociencia)

     Última actualizacón: 24 septiembre 2017 a las 13:01

BIOLOGÍA

Las curiosas rayas blancas y negras sobre el pelaje de las cebras continúan llamando la atención a numerosos biólogos, que llevan estudiando su origen y función en la naturaleza durante los últimos dos siglos, desde que el ‘padre’ de la Evolución, Charles Darwin, se preguntó para qué servían.

El enigma sobre el peculiar pelaje de estos équidos ha llevado a la comunidad científica a barajar numerosas teorías. Hasta ahora eran cinco hipótesis las más aceptadas: un camuflaje con el entorno (para evitar que sean vistas por sus depredadores), una función social (que les ayudaría a reconocerse entre ellas), una reducción del calor corporal, una estrategia para evitar ataques de sus depredadores a partir de la confusión que crean las rayas cuando están en grupo, y una forma de librarse de las picaduras de moscas. Esta última ha sido la explicación que ahora parece haber resuelto este viejo misterio, según un estudio realizado por científicos de la Universidad de California (EEUU).

Mediante un detallado análisis del tamaño, la cantidad e intensidad de rayas que hay en el pelaje de siete especies y 20 subespecies de estos équidos, el equipo liderado por Tim Caro (perteneciente al Departamento de Vida salvaje, Peces y Conservación Biológica de la Universidad de California) ha llegado a la conclusión de que las rayas de las cebras sirven para evitar la picadura de las moscas y tábanos [insectos parecidos a las moscas pero más grandes y con antenas] que les rodean en su hábitat.

El investigador Caro explica a EL MUNDO que estos estudios no solo son interesantes para los científicos que llevan involucrados en este estudio cientos de años, sino también para el público en general. «Los niños estudian en el colegio el pelaje de los mamíferos pero no saben por qué tienen una coloración determinada. Este tipo de estudios ayuda a que los niños valoren más la naturaleza e incluso quieran conservar mejor a los animales», declara.

«Insectos como los tábanos, las moscas de establo y las moscas tsé-tsé se posan menos en animales cuyo pelaje tiene rayas blancas y negras que en los que tienen un pelaje uniforme», afirma el equipo en su estudio.

Además, el equipo señala que no existen datos empíricos para apoyar las teorías que relacionan el pelaje con el camuflaje, con la función de evitar los ataques de sus depredadores, e incluso con las interacciones entre individuos. Pero consideran que sí existe una fuerte asociación entre las mordidas de moscas y tábanos y la cantidad y tamaño de las rayas. «Nuestros análisis comparativos muestran que las picaduras han provocado la evolución de las rayas en el pelaje de los équidos en muchas partes del cuerpo», declaran. Una teoría que se propuso por primera vez en el año 1930 y que en pleno siglo XXI cobra más fuerza que nunca dentro de la evolución y adaptación de los animales.

• Noticia El Mundo

• Artículo: The function of zebra stripes

MEDICINA

Si algo caracteriza a las células tumorales es su crecimiento descontrolado. Y, para ello, necesitan mucha energía. Para conseguirla, las células tumorales captan toda la glucosa que pueden. Este fenómeno se descubrió en 1927, y se llamó efecto Warburg. Pero, hasta ahora, nadie había explicado cómo se originaba el proceso. Lo ha hecho el equipo del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (Idibell) que dirige Manel Esteller, y lo publica Nature Communications.

“Estábamos buscando genes que no funcionaban en las células tumorales y encontramos uno alterado, pero desconocíamos cuál era su acción. Descubrimos que era el gen responsable de eliminar el exceso de receptores de glucosa”, explica Esteller en una nota. Cuando se inhibe, esos receptores (proteínas que están en la superficie de las células que se dedican a pescar la glucosa en el torrente sanguíneo) se multiplican, y se dedican a alimentar la voracidad de los tumores. “La célula inactiva al gen que debería degradar al receptor de glucosa en condiciones sanas y al dejar de hacerlo, ese tumor tiene una superactivación de este receptor que capta todas las moléculas de glucosa de su alrededor y las usa para obtener energía rápida para proliferar”, añade Esteller.

El proceso es muy poco eficiente (la energía celular se obtiene de otras moléculas, como el ATP, que se reciclan fácilmente), y puede ser una causa del debilitamiento y adelgazamiento de las personas con cánceres, ya que las células tumorales consumen un nutriente básico para otros procesos (entre otros, los neuronales). “La parte interesante para futuros tratamientos es que si usando fármacos le quitamos esta fuente energética, el tumor muere porque no puede adaptarse fácilmente a usar otros sustratos para obtener energía para sobrevivir”, dice Esteller.

• Noticia El País

• Artículo: A DERL3-associated defect in the degradation of SLC2A1 mediates the Warburg effect (descarga directa en formato PDF)

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¿Y si un tratamiento intravenoso ordinario bastara para combatir de raíz la principal causa de ceguera en mayores de 60 años tras la provocada por la diabetes? Pequeñas dosis de una proteína del sistema inmune (la interleucina IL-18) se han mostrado eficaces contra la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) en su variante más agresiva, la llamada húmeda, responsable del 90% de los casos de ceguera provocados por la enfermedad, según publican investigadores del Trinity College de Dublín en la revista Science Traslational Medicine.

De verificarse estos resultados en ensayos clínicos posteriores –de momento solo se ha comprobado la eficacia de la terapia en modelos preclínicos- el tratamiento a la enfermedad daría un vuelco, ya que las estrategias actuales se limitan a las etapas más avanzadas de la enfermedad y requieren de molestas inyecciones intraoculares. «Si estos resultados se confirman, se podría incluso usar de forma preventiva en pacientes de riesgo, como personas con antecedentes o miopes severos», apunta Rafael Martínez-Costa, jefe de la unidad de retina del hospital La Fe de Valencia.

La degeneración macular es una enfermedad degenerativa que se comienza a manifestar generalmente a partir de los 60 años. La mácula se encuentra en la parte central de la retina, que es el tejido situado en la parte interior del ojo. La luz entra por la pupila, se refleja en la retina en forma de imagen invertida y en esta superficie se transforma en impulsos eléctricos que el nervio óptico manda al cerebro.

La mácula es una parte central de este proceso: se encarga de que la visión sea más nítida. La degeneración macular húmeda se debe al desarrollo de vasos sanguíneos muy frágiles y de forma anormal bajo a la mácula. Al romperse, dejan escapar sangre y líquidos. Como consecuencia de ello, la visión central se ve notablemente afectada, hasta el punto de llegar a aparecer un punto negro que va creciendo con el tiempo y que solo respeta la visión periférica.

Esta variante de la patología (la húmeda) aparece solo en el 10% de los casos, pero es la más agresiva, ya que causa el 90% de la ceguera asociada a la enfermedad. El tratamiento actual es muy agresivo, ya que consiste en la inyección directa en el vítreo (la parte gelatinosa interior del ojo) de sustancias antiangiogénicas que frenan el crecimiento de los vasos sanguíneos.

Quizás haya una forma más sencilla, eficaz y cómoda de impedir este crecimiento de venas descontrolado. Es lo que esperan los investigadores irlandeses con la administración intravenosa (no ocular) de IL-18, una proteína que produce el sistema inmune vinculada, entre otros aspectos, a procesos inflamatorios. Los investigadores describen a esta molécula como un agente guardián de la visión al frenar el desarrollo de los vasos sanguíneos dañinos que crecen tras la mácula.

• Noticia El País

• Artículo: IL-18 Attenuates Experimental Choroidal Neovascularization as a Potential Therapy for Wet Age-Related Macular Degeneration

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Imagine una fábrica que se dedica a montar columnas superponiendo bloques. A ritmo normal, da tiempo a revisar cada pieza y descartar o reparar las defectuosas. Si la velocidad del trabajo se acelera, el control de calidad es aún más importante. Pero si se impide esa revisión, cada vez habrá más elementos defectuosos y, al final, la torre se caerá. Este ejemplo sirve para definir el nuevo hallazgo en la lucha contra el cáncer. Científicos del Instituto Karolinska (Suecia) han hallado la enzima MTH1, que se encarga de limpiar los eslabones del ADN para que encajen perfectamente, como los bloques de la torre, en el proceso de reproducción de las células. Por tanto, encontrar inhibidores de esa enzima para impedir que los eslabones (las letras químicas del genoma a, c, g, t) encajen era vital. Y ese camino ha empezado a recorrerse, como ayer publicó Nature en dos artículos.

La MTH1 está presente en todas las células. Pero las cancerosas están descoordinadas, explica el jefe del Grupo de Inestabilidad Genómica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Óscar Fernández-Capetillo. Se reproducen a toda velocidad, y, por tanto, sufren más con la mala calidad de los eslabones del ADN.

El investigador principal de uno de los artículos, Thomas Helleday, del Karolinska, ha probado ya algunos inhibidores de la MTH1. Antes incluso de la publicación del artículo ya ha enviado muestras a otros equipos para acelerar los trabajos (uno de ello es el de Fernández-Capetillo). El grupo español está especializado en resistencias. “En cáncer estas son muy importantes”, señala su director. De hecho, en la actual oncología son los grandes enemigos de los tratamientos. Por su propia naturaleza, las células cancerosas, que están en continua división, tienen más probabilidad de incorporar mutaciones que las hagan resistentes. Y esto también puede suceder con las proteínas MTH1, indica Fernández-Capetillo. “Pero si sabemos de antemano cuáles son las resistencias posibles, podremos anticiparnos”.

El segundo artículo es de Giulio Superti-Furga, de la Academia de Ciencias de Austria, que ha descubierto que esa enzima participaba en el funcionamiento de algunos antitumorales conocidos.

Curiosamente, estos artículos, al describir un proceso transversal, de alguna manera van a contracorriente con la actual medicina personalizada, que se centra en encontrar la mínima mutación que caracteriza a un tumor. Por correo electrónico, Helleday indica que ya se ha probado con células de cáncer de piel, colorrectal y cáncer de mama. “Pero hasta ahora se ha hecho en cultivos de laboratorio y en células tumorales pegadas a ratones”, matiza Fernández-Capetillo, quien también ofrece otro elemento de cautela: “Unos tipos de tumores tienen más estrés oxidativo que otros”, por lo que el proceso de limpieza no es igual de importante para todos. A cambio, “es un aval” que dos grupos hayan llegado a señalar a la misma molécula, indica el investigador español.

• Noticia El País

• Artículo: MTH1 inhibition eradicates cancer by preventing sanitation of the dNTP pool

• Artículo: Stereospecific targeting of MTH1 by (S)-crizotinib as an anticancer strategy

NEUROCIENCIA

Es el director de orquesta, el maestro que coordina a todo el organismo. Y tal vez por eso, el cerebro es también el órgano más desconocido, el que más incógnitas alberga. Profundizar en sus secretos será un poco más sencillo a partir de ahora gracias a dos mapas que aportan datos y coordenadas claves para la comprensión del funcionamiento cerebral de los mamíferos. Aunque todavía básicos, estos modelos en tres dimensiones pueden ser muy útiles para adentrarse en los pasos que marcan el desarrollo, seguir los circuitos de comunicación, o conocer más a fondo las raíces de problemas como el autismo, tal y como aseguran sus creadores.

Estos nuevos atlas, que se publican en la revista Nature, son complementarios. El primero de ellos detalla las conexiones neuronales presentes en el cerebro de un ratón. Bastante minucioso, es el primer mapa de estas características que se hace en un animal vertebrado y aporta datos fundamentales para entender de qué forma se comunican las regiones cerebrales.

«Son los primeros mapas con un detalle extraordinario. Hasta ahora lo que había eran detalles de parte del cerebro y este trabajo aporta un análisis global que tendrá una repercusión gigantesca en los próximos años para poder comprender las enfermedades», afirma Javier de Felipe, del laboratorio Cajal del Circuitos Corticales del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid.

Una opinión similar tiene Juan Lerma, director del Instituto de Neurociencias de Alicante, dependiente de la Universidad Miguel Hernández y el CSIC, quien apunta que «hacía falta un mapa topográfico en tres dimensiones como éste, porque conocíamos la estructura pero no estaba cuantificado cuán fuertes o débiles eran las conexiones entre las regiones del cerebro, y este mapa lo hace».

Carlos Tejero, experto de la Sociedad Española de Neurología (SEN), insiste en la misma línea porque explica que hasta ahora lo que se hacían eran estudios en laboratorio con secciones de cerebros animales. «Teníamos que cambiar el sistema porque el cerebro es un órgano en tres dimensiones y lo que teníamos era un modelo que se nos quedaba corto. Además, es importante saber las zonas precursoras de las futuras neuronas en el cerebro en formación. Con este trabajo tenemos nuevas opciones para comprender las diferencias de esas zonas entre el cerebro humano y el de animales».

• Noticia El Mundo

• Artículo: A mesoscale connectome of the mouse brain

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El otro atlas presentado en Nature es un mapa de la expresión de los genes en el cerebro prenatal, que indica dónde y cómo va evolucionando esa expresión para conformar el desarrollo cerebral. «Este atlas proporciona una completa vista de qué genes están encendidos y apagados en núcleos específicos y tipos celulares mientras el cerebro esté en desarrollo durante la gestación», ha indicado Ed Lein, el responsable del proyecto.

Según Lerma, la información contenida en esta herramienta puede ser muy útil para abordar problemas como el autismo, ya que «la investigación ha puesto de manifiesto que su origen ya se encuentra en el desarrollo cerebral». De hecho, los creadores de esta hoja de ruta ya han examinado el número de genes ligados al autismo y han visto que su expresión se relacionaba con el área del cerebro implicada en el comportamiento.

Por otro lado, continúa Lerma, el atlas -que se elaboró a partir del análisis de muestras de cerebros humanos- también ayuda a visualizar las diferencias y semejanzas de los órganos entre humanos y animales. «Y sus resultados demuestran que es mucho lo que nos parecemos, lo que ratifica la utilidad de modelos animales para el estudio», señala.

Para Lerma, la labor de estos equipos de investigación es especialmente loable, ya que ambas herramientas estarán disponibles a otros grupos de investigación de manera completamente gratuita.

• Noticia El Mundo

• Artículo: Transcriptional landscape of the prenatal human brain

CIENCIAS PLANETARIAS

Bajo la superficie helada de Encélado, una de las lunas de Saturno, hay un océano de agua líquida. Nuevos datos recopilados por la sonda Cassini de la NASA acaban de confirmar la existencia de este mar subterráneo, del que ya se habían hallado indicios en la última década.

Fue en 2005 cuando la misión Cassini descubrió por primera vez que Encélado podría albergar agua líquida bajo su superficie helada. Ahora que esta hipótesis parece haberse confirmado, los científicos creen que la pequeña luna de Saturno cuenta con los tres componentes esenciales que podrían permitir la existencia de alguna forma de vida: agua líquida, compuestos orgánicos y una fuente de energía (el vulcanismo).

El nuevo trabajo, que se publica en Science, ha comprobado que bajo su corteza helada (que alcanzaría los 200 grados bajo cero) existe un gran océano líquido que sale al exterior en forma de géiseres sobre su superficie.

El autor principal de la investigación, Luciano Iess, de la Universidad La Sapienza de Roma, detalla que el tamaño del océano se encuentra bajo una capa de entre 30 y 40 kilómetros de hielo. Además, los datos de la Cassini sugieren que en el interior de Encélado existen tres capas bien diferenciadas: un núcleo de baja densidad formado de silicatos, un manto y una corteza.

«Sabíamos que debía de existir agua bajo la superficie de Encélado porque el hemisferio sur del satélite emite fuertes vapores de agua junto a distintos materiales. Ahora, hemos sido capaces de localizar y determinar la extensión del agua», explica el investigador italiano. En concreto este océano se extiende a unos 50 grados de latitud sur.

• Noticia El Mundo

• Artículo: The Gravity Field and Interior Structure of Enceladus

Publicado por José Luis Moreno en SIETE DÍAS, 2 comentarios
Siete días … 17 a 23 de marzo (el pollo del infierno)

Siete días … 17 a 23 de marzo (el pollo del infierno)

     Última actualizacón: 12 octubre 2020 a las 15:55

BIOLOGÍA

El musgo, que desempeña un papel vital en los ecosistemas polares, es capaz de retornar a la vida y seguir creciendo después de más de 1.500 años congelado en la Antártida.

Antes de este estudio se había demostrado la regeneración directa de material vegetal solo hasta un máximo de 20 años de congelación.»Estos musgos permanecieron, básicamente, en una congelación intensa por un período muy prolongado», indicó Peter Convey, de la Encuesta Antártica Británica. «La supervivencia y recuperación dentro de esta escala de tiempo es mucho, mucho más prolongada que cualquier cosa de la que se haya informado antes».

Los musgos forman una parte importante del sistema biológico en ambas regiones polares y son las plantas dominantes en vastas regiones donde proveen el mayor almacenamiento de carbono, especialmente en el norte. Convey y sus colegas estudian principalmente las muestras congeladas de musgo polar porque proveen un archivo de las condiciones del clima en el pasado.

El experimento, señala el artículo, demuestra que los organismos multicelulares, en este caso plantas, pueden sobrevivir por períodos mucho más prolongados que los que hasta ahora los científicos consideraban posibles.»Si son capaces de sobrevivir de esa manera entonces la recolonización después de una era glacial, una vez que se retiran los hielos, sería mucho más fácil que la migración sobre distancias transoceánicas desde regiones más templadas», escribieron los autores.

• Artículo: Millennial timescale regeneration in a moss from Antarctica

GENÉTICA

Investigadores estadounidenses han descubierto que el gen BRCA1, un conocido supresor tumoral en cáncer de mama y ovario, tiene un papel importante en el control del tamaño cerebral en mamíferos. El estudio muestra que la ausencia del gen en las células madre del cerebro de ratones compromete la anatomía de este órgano.

En el estudio El equipo de San Diego introdujo además otra mutación en los roedores exentos de BRCA1: el gen p53, encargado de promover la muerte celular en las células con daño en el ADN. La pérdida de este gen evitó que se muriera tejido cerebral en los roedores ya modificados.

“Sin BRCA1 ni p53 se toleran más mutaciones que normalmente causarían el suicidio celular a través de p53. Esto provoca la supervivencia de células con un gran número de mutaciones”, indica Pao. “La consecuencia en el cerebro no es tan drástica, pero en mama y en ovarios acaba convirtiéndose en cáncer” añade.

Sin embargo, el experimento mostró que los procesos en los que participaban los centrosomas –estructuras claves en la división celular y en la organización interior de la célula– no se restablecían con la pérdida de p53.

“Los resultados indican que el control de la integridad de los centrosomas es importante para regular el tamaño cerebral y es posible que BRCA1 sea uno de los genes que influenciaron la evolución del volumen del cerebro en varias especies de mamíferos”, concluye Gerald Pao. se han realizado experimentos con roedores genéticamente modificados que han demostrado que la falta de este gen provoca la muerte celular y la pérdida de tejido en estructuras del cerebro implicadas en la cognición, la memoria, el control motor y las sensaciones.

“La pérdida del gen BRCA1 a nivel celular comporta que las células se vuelvan más sensibles al daño producido por la rotura del ADN”, explica a Sinc Gerald Pao, uno de los autores del estudio.

Este científico cuenta que en un trabajo previo, se había mostrado el caso de dos pacientes que perdieron ambas copias del gen BRCA1 durante el desarrollo embrionario de su cerebro. Pao afirma que “las consecuencias que se observaron entonces fueron muy parecidas a las que se han visto en los ratones modificados del presente estudio”.

• Noticia Agencia SINC

• Artículo: Role of BRCA1 in brain development

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La cantidad de palabras no es garantía de eficacia en un texto (el escritor Augusto Monterroso, famoso por sus brevísimos cuentos, decía que “cada día, una palabra menos”). Pero, en el ADN de las especies, parece que hay un derroche de material. En esta línea, el genoma del pino taeda, una especie originaria del sudeste estadounidense, podría ser el ejemplo máximo de esta abundancia innecesaria. Consta de 22.180 millones de bases (las letras químicas, acgt…), siete veces los 3.200 millones del genoma del ser más complejo que se conoce: el humano.

El pino taeda es una especie de mucha utilidad forestal, con un tronco largo y recto, que lo hace muy apto para su aprovechamiento maderero. Por eso hay abundantes plantaciones de él, sobre todo en EE UU. También cuenta entre sus miembros con un ejemplar famoso: el pino de Eisenhower del campo de golf de Augusta, famoso porque el expresidente le tenía especial aversión por la de veces que sus bolas chocaron contra sus ramas.

Entre las razones que explican este tamaño descomunal, el mayor de un genoma secuenciado hasta ahora, está que más del 80% de sus segmentos están repetidos. Sería algo así como engordar un diccionario repitiendo entradas. En la naturaleza este fenómeno puede tener alguna justificación (a más copias de un gen más fácil que se active y más fácil conservar al menos una copia original, no mutada), pero tanta repetición parece excesiva. En los humanos, esto solo sucede con el 25% del genoma.

La utilidad del árbol lo hizo un pronto candidato a que su genoma se secuenciara, pero el tamaño de su ADN complicó extraordinariamente el proceso. Lo habitual es romperlo en muchos trozos al azar que se secuencian por separado, y luego se ensamblan. Aquí hubo que sacar una especie de moldes previos clonando segmentos para poder ajustar las piezas.

Entre los genes que se han identificado, hay algunos comunes a otras plantas, como los de la formación de la madera. El resto queda en cuarentena. Ya ha sucedido que tras catalogar la inmensa mayoría del genoma humano como basura, ha habido que cambiar el concepto porque se le han encontrado funciones nuevas, como las reguladoras. Queda por confirmar si tanta repetición en el pino sirve para algo o es un defecto asumible que no lastra el funcionamiento del resto.

• Noticia El País

• Artículo: Decoding the massive genome of loblolly pine using haploid DNA and novel assembly strategies (descarga directa en formato PDF)

MEDICINA

Un equipo de arqueólogos han descubierto en Sudán el esqueleto de un hombre que habría sufrido un cáncer metastásico hace más de 3.200 años. Se trataría del caso más antiguo jamás hallado.

Los exámenes realizados muestran que «la forma de las pequeñas lesiones óseas sólo podía haber sido causada por un cáncer de tejidos blandos, aunque el origen exacto [de la enfermedad] no se puede determinar únicamente a partir de los huesos», tal y como ha explicado Michaela Binder, la arquéologa responsable del equipo.

El esqueleto, ha subrayado la investigadora, «podría ayudarnos a comprender la historia todavía desconocida del cáncer. Tenemos pocos ejemplos anteriores. Necesitamos comprender la historia de la enfermedad para entender mejor su evolución».

Pruebas radiográficas han permitido a su equipo contemplar de forma certera lesiones en los huesos, con metástasis claras en las clavículas, omóplatos, vértebras, o pelvis.

Por el momento, sólo pueden especular sobre los orígenes de este cáncer. Según explican, podrían haber influido factores genéticos, una enfermedad infecciosa causada por parásitos o la exposición al humo de hogueras.

• Noticia El Mundo

• Artículo: On the Antiquity of Cancer: Evidence for Metastatic Carcinoma in a Young Man from Ancient Nubia (c. 1200BC) (descarga directa en formato PDF)

PALEONTOLOGÍA

Tres esqueletos fósiles de este extraño y enorme dinosaurio con garras, perseguido desde hace un siglo por los paleontólogos, han aparecido en el norte de EE.UU.

La criatura medía tres metros de largo y metro y medio de alto, sus mandíbulas terminaban en un pico sin dientes y su cabeza lucía una cresta redondeada de altura similar a la del pájaro casuario australiano. Tenía patas de avestruz, enormes garras y posiblemente un cuerpo cubierto de plumas. Esta es la inquietante descripción de un nuevo dinosaurio de hace 66 millones de años descubierto por un equipo de paleontólogos del Museo de Historia Natural Carnegie en Pittsburgh (EE.UU.), tras desenterrar los esqueletos de tres ejemplares al norte del país, en Dakota del Norte y del Sur. Su aspecto es el de una extraña ave gigantesca, por lo que se ha ganado el sonoro nombre de Anzu wyliei, «pollo del infierno», el tipo de cosa que, como dice Matthew Lamanna, autor principal del estudio que se publica en la revista PLoS ONE, uno «no querría encontrar en un callejón oscuro».

Anzu wyliei tenía toda la pinta de un ave no voladora gigantesca: cresta, largas patas… Aunque de estos especímenes solo se han recuperado sus huesos, se han encontrado parientes cercanos a este dinosaurio con plumas fosilizadas, lo que sugiere que también tenían cuerpos emplumados. Pero el parecido con los pájaros acaba aquí. Los miembros anteriores terminaban en grandes y afiladas garras y la cola era larga y robusta.

La anatomía y el ambiente en el que vivió este «pollo infernal» proporciona información sobre su dieta y hábitat. Aunque su alimento preferido sigue siendo una incógnita, los investigadores creen que probablemente eran omnívoros y comían carne y vegetales. Ocupaban llanuras de inundación y probablemente llevaron una vida llena de peligros. Además de compartir su mundo del Cretácico con el Tiranosaurio rex, el carnívoro más notorio de todos los tiempos, los ejemplares muestran señales de lesiones: uno tiene una costilla rota ya curada y otro un hueso del dedo del pie artrítico que puede haber sido causado por una fractura cuando el tendón arrancó un pedazo del hueso adjunto.

• Noticia ABC

• Artículo: A New Large-Bodied Oviraptorosaurian Theropod Dinosaur from the Latest Cretaceous of Western North America (descarga directa en formato PDF)

FÍSICA

Los científicos de los aceleradores de partículas más potentes del mundo, el ya extinto Tevatron (Fermilab, EE UU) y el LHC (CERN, Suiza), han unido sus fuerzas, combinado sus datos y producido su primer resultado conjunto. Los investigadores de los cuatro experimentos (ATLAS y CMS del LHC, CDF y DZero de Tevatron) anunciaron ayer en el marco de la conferencia internacional de Moriond (Italia) el considerado mejor valor para la masa del quark top.

Los cuatro experimentos reunieron su poder de análisis de datos para llegar al mejor valor para la masa del quark top, estimada ahora en 173,34 ± 0,76 GeV/c2. Tevatron y LHC son los únicos experimentos en física de partículas del mundo capaces de producir el quark top, la más pesada de las partículas elementales. La enorme masa del quark top, más de 100 veces la del protón, lo convierte en una de las herramientas más importantes para los físicos en su búsqueda para entender la naturaleza del universo.

La nueva medida del valor de la masa del quark top permitirá a los científicos realizar más pruebas con el modelo matemático que describe las conexiones cuánticas entre el quark top, la partícula de Higgs y el portador de la fuerza electrodébil, el bosón W. Los físicos teóricos explorarán cómo este nuevo y más preciso valor cambiará las predicciones sobre la estabilidad del campo de Higgs y sus efectos en la evolución del universo. Además, permitirá a los científicos buscar incoherencias en el Modelo Estándar de Física de Partículas, así como buscar indicios de nueva física.

• Noticia Agencia SINC

• Nota de prensa del CERN

• Artículo: First combination of Tevatron and LHC measurements of the top-quark mass (descarga directa en formato PDF)

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Científicos de la Universidad de Granada (UGR) han llevado a cabo la determinación más precisa lograda hasta la fecha de la interacción nuclear fuerte, utilizando para ello más de 8.000 datos experimentales de dispersión entre neutrones y protones, recogidos entre los años 1950 y 2013 en aceleradores de partículas de todo el mundo.

Este trabajo ha sido publicado recientemente en la revista Physical Review que edita la Sociedad de Física Estadounidense, y su importancia ha sido resaltada por el editor, que lo ha seleccionado como artículo recomendado. La investigación se realizó íntegramente en la UGR por Rodrigo Navarro Pérez, Enrique Ruiz Arriola y José Enrique Amaro, físicos del grupo de investigación Hadrónica del departamento de Física Atómica, Molecular y Nuclear, y del Instituto Carlos I de Física Teórica y Computacional.

En su trabajo, los investigadores granadinos proponen una nueva forma para la fuerza nuclear, que han denominado “potencial granulado”. Tras el análisis estadístico de los más de 8.000 datos, determinaron que sus resultados tienen una precisión media del 96%.

El profesor de la UGR explica que “las cuatro fuerzas fundamentales de la física son la interacción gravitatoria, la interacción electromagnética, la interacción débil y la interacción fuerte. Estas cuatro fuerzas son esenciales para nuestra existencia. La fuerte es la interacción más intensa de las cuatro y es la que mantiene unidos los núcleos atómicos”.

La interacción fuerte es la responsable de la fusión termonuclear que tiene lugar en el interior de las estrellas a partir de hidrógeno. Sin esa fuerza, el Sol no podría emitir radiación. “En Física, el conocimiento de la interacción fuerte es esencial para entender y describir los procesos que tienen lugar en el interior de los núcleos”, apunta el profesor José Enrique Amaro Soriano, uno de los autores del artículo.

El nuevo potencial granulado facilitará el estudio de las propiedades de la interacción fuerte, como la independencia de carga de las fuerzas nucleares, o la validez de las modernas teorías quirales (aproximaciones de la cromodinámica cuántica para baja energía). Además, se puede utilizar para calcular teóricamente las propiedades de los núcleos atómicos, como su energía interna, permitiendo conocer además el error teórico intrínseco, debido al desconocimiento parcial de la interacción fuerte, lo que hasta ahora era una incógnita.

• Noticia Tendencias21

• Artículo: Coarse-grained potential analysis of neutron-proton and proton-proton scattering below the pion production threshold

ASTROFÍSICA

Científicos de EEUU detectan ondas gravitacionales que serían la primera evidencia directa de la inflación, el momento de la historia del universo en que en menos de un segundo pasó de ser un punto diminuto a convertirse en una inmensidad.

Científicos de EEUU dicen haber “fotografiado” el primer eco del Big Bang, aquella descomunal explosión que dio lugar al universo hace 13.800 millones de años. En la práctica esa imagen es más bien un gráfico ininteligible para el común de los mortales. Pero escondido en ese gráfico hecho de líneas fluctuantes los científicos han detectado unas ondulaciones que no pueden corresponder a otra cosa que a ondas gravitacionales primordiales, es decir, las primeras ondas expansivas del Big Bang.

La presencia de esas ondas son la “primera evidencia directa de la inflación”, ese momento decisivo en la historia del universo en el que este aumentó explosivamente su tamaño en fracciones de segundo. También serían las “primeras imágenes de las ondas gravitacionales”,  según un comunicado de prensa del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (CFA).

De acuerdo con la teoría de la Relatividad de Einstein, aquel cataclismo debió generar ondas gravitacionales, una especie de ondas expansivas cuyos efectos, aunque débiles, aún podrían observarse ahora, 13.800 millones de años después. Los investigadores del experimento BICEP 2, un telescopio de microondas situado en pleno Polo Sur, dicen haber fotografiado esas ondas por primera vez.

Lo que los expertos han observado es un cambio en la polarización de esas microondas llegadas desde el origen del universo. La polarización es algo así como la orientación de las partículas que forman las microondas y fue creada justo en el momento del Big Bang. En concreto el equipo ha captado microondas con una determinada orientación, o, como ellos lo llaman, polarización-B. Según sus cálculos, esa polarización sólo puede deberse a que, en su largo camino hasta la Tierra, esas partículas del Big Bang han sido modificadas por las ondas gravitacionales igual que hacen las ondas en la superficie de un estanque cuando alguien tira una piedra. Pero aún hay más, porque, según las observaciones del BICEP2, este tipo de polarización solo pudo ser causada por un tipo concreto de onda gravitacional: una muy débil y muy antigua que se formó como fruto de la inflación que hizo crecer el universo más de 70 órdenes de magnitud en fracciones de segundo.

• Noticia Materia

ASTRONOMÍA

El mayor censo de polvo en las galaxias locales ha sido completado con datos del observatorio espacial Herschel de la ESA, que proporciona un gran legado a la comunidad científica.

Los granos de polvo cósmicos son un ingrediente menor, pero fundamental, en la receta de gas y polvo para la creación de las estrellas y los planetas. Pero a pesar de su importancia, solo existe una imagen incompleta de las propiedades del polvo en las galaxias más allá de nuestra propia Vía Láctea. Las preguntas clave incluyen cómo el polvo varía con el tipo de galaxia, y cómo podría afectar a nuestra comprensión de cómo evolucionan las galaxias.

Antes de concluir sus observaciones en abril de 2013, Herschel proporcionó el mayor estudio del polvo cósmico, que abarca una amplia gama de galaxias cercanas ubicadas 50-80.000.000 años luz de la Tierra.

El catálogo contiene 323 galaxias con mayor o menor actividad de formación estelar y diferentes composiciones químicas, observadas por los instrumentos de Herschel través de longitudes de onda de infrarrojo lejano y submilimétricas.

Las observaciones de Herschel permiten a los astrónomos determinar la cantidad de luz emitida por el polvo en función de la longitud de onda, proporcionando un medio para estudiar las propiedades físicas del polvo.

Por ejemplo, una galaxia formando estrellas a un ritmo más rápido debe tener más estrellas masivas y calientes en ella, y por lo tanto el polvo en la galaxia también debería ser más cálido. A su vez, esto significa que más de luz emitida por el polvo saldría a longitudes de onda más cortas. Sin embargo, los datos muestran una mayor variación de lo esperado de una galaxia a otra en función de sus tasas de formación de estrellas, lo que implica que otras propiedades, como el enriquecimiento químico, también juegan un papel importante.

Al permitir a los astrónomos investigar estas correlaciones y dependencias, la encuesta proporciona un punto de referencia local, tan necesario para cuantificar el papel desempeñado por el polvo en la evolución de galaxias a lo largo de la historia del Universo .

• Noticia Europa Press

• Artículo: PACS photometry of the Herschel Reference Survey – far-infrared/submillimetre colours as tracers of dust properties in nearby galaxies (descarga directa en formato PDF)

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El interferómetro del VLT (Very Large Telescope Interferometer) de ESO ha revelado la existencia de la mayor estrella amarillla — y una de las diez estrellas más grandes – descubierta hasta el momento. Esta hipergigante mide más de 1.300 veces el diámetro del Sol y forma parte de un sistema compuesto por dos estrellas: su segundo componente se encuentra tan cerca que está en contacto con la estrella de mayor tamaño. Observaciones llevadas a cabo durante sesenta años, algunas realizadas por observadores aficionados, indican también que este extraño objeto cambia muy rápido y ha sido detectado en una fase muy breve de su vida.

“Las nuevas observaciones también mostraron que esta estrella tiene una compañera muy cercana, formando un sistema binario que nos ha sorprendido” afirma Chesneau. “Las dos estrellas están tan cerca la una de la otra que se tocan y todo el sistema parece un cacahuete gigante”.

Los astrónomos utilizaron una técnica llamada interferometría para combinar la luz recogida por múltiples telescopios individuales, recreando un telescopio gigante de más de 140 metros de tamaño. Los nuevos resultados llevaron al equipo a investigar minuciosamente antiguas observaciones de la estrella, llevadas a cabo durante más de sesenta años, para ver cómo se había comportado en el pasado.

Las amarillas hipergigantes son muy poco usuales, solo se conocen alrededor de una docena en nuestra galaxia, y el ejemplo más destacado es Ro de Casiopea. Están entre las estrellas más grandes y brillantes conocidas y se encuentran en un momento de sus vidas muy inestable, con rápidos cambios. Debido a esta inestabilidad, las hipergigantes amarillas expelen material hacia el exterior, formando una atmósfera grande y extendida alrededor de la estrella.

• Noticia ESO

• Artículo: The yellow hypergiant HR 5171 A: Resolving a massive interacting binary in the common envelope phase (descarga directa en formato PDF)

ARQUEOLOGÍA

Un equipo internacional de investigadores liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto en el yacimiento arqueológico de Tell Qarassa (Siria) un hueso tallado en el que aparecen dos caras humanas. El fósil, que tiene unos 10.000 años de antigüedad, refleja el la evolución del arte figurativo y el cambio de mentalidad de las primeras comunidades de agricultores y ganaderos respecto a los últimos grupos de cazadores recolectores.

“La iconografía de los cazadores-recolectores en el Paleolítico consiste principalmente en representaciones naturalistas de animales, mientras que la figura humana, salvo escasas excepciones, es mucho más esquemática. A medida que comienzan las transformaciones económicas y sociales que llevan al Neolítico, las representaciones simbólicas comienzan a centrarse en la imagen humana y aparecen las primeras representaciones naturalistas de rostros humanos, como los que hemos encontrado en Tell Qarassa”, explica el investigador del CSIC Juan José Ibañez, de la Institución Milà y Fontanals.

La talla encontrada en Siria mide 51 milímetros de largo, 17 de ancho y 7 de grosor. Está fabricada a partir de una costilla de gran bóvido, probablemente un uro euroasiático, y fechada alrededor del año 8200 antes de nuestra era. Las dos caras representadas, una sobre la otra en sentido vertical, muestran las mismas características: frente alta y despejada, arcos superciliares bien definidos, ojos cerrados, nariz larga y recta conectada con la frente, boca pequeña hecha con una incisión corta y recta y barbilla curva. Ambos rostros carecen de pelo y de orejas.

En la transición del Paleolítico al Neolítico este tipo de representaciones faciales aparecen tanto en esculturas monumentales, como en los denominados cráneos modelados (cráneos de antepasados sobre los que se reproducen por modelado los rasgos anatómicos). En ambos casos, apunta el investigador del CSIC, “la representación de la cara sirve para potenciar el vínculo de los vivos con seres sobrenaturales. Se trata de un tipo de relación simbólica que supone una de las innovaciones clave asociadas al origen del Neolítico”.

• Nota de prensa del CSIC

• Artículo: The human face and the origins of the Neolithic: the carved bone wand from Tell Qarassa North, Syria

Publicado por José Luis Moreno en SIETE DÍAS, 3 comentarios